lunes, 18 de mayo de 2015
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miércoles, 29 de abril de 2015
Aníbal del Río: artista auténtico del Perú. In memoriam
Texto y fotos: Nivardo Córdova Salinas.
El 27 de abril de 2015, falleció en Lima el poeta, pensador
y artista plástico peruano Aníbal del Río Cabrera (Chiclayo, 1941 - Lima, 2015)
uno de los creadores más importantes de nuestro país, ejemplo de autenticidad,
honestidad y modestia.
Su sobrina, Carmen del Río, me informó anoche de su partida a través
de un breve e-mail: "Le escribo para darle la triste noticia que mi tío
falleció ayer. Lo estan velando en Gral. Cordoba 1540 y mañana es el entierro.
Googleé su nombre y me salió su Blog. Mi papá Carlos del Río tenía contacto
permanente con mi tío. Le agradecemos mucho lo que publicó en su blog.
Carmen".
Pues, yo soy quien tengo que agradecer...
En lo personal, me siento en deuda moral y material con Don Aníbal del Río, que en momentos muy difíciles me supo aconsejar y brindar su amistad. Con él compartimos muchos momentos de conversaciones, de pan y café en el centro de Lima, de caminatas y de su fraternidad. Durante el tiempo que lo conocí vi que era un hombre bueno, además de un artista único, que aun en medio de la adversidad me dio un ejemplo de lucha, de autenticidad. ¡Qué triste noticia la de su fallecimiento! Tengo la plena seguridad de que el Sr. Aníbal del Río se encuentra en el paraíso, en la gloria de Dios y al amparo de la Santísima Virgen María.
En lo personal, me siento en deuda moral y material con Don Aníbal del Río, que en momentos muy difíciles me supo aconsejar y brindar su amistad. Con él compartimos muchos momentos de conversaciones, de pan y café en el centro de Lima, de caminatas y de su fraternidad. Durante el tiempo que lo conocí vi que era un hombre bueno, además de un artista único, que aun en medio de la adversidad me dio un ejemplo de lucha, de autenticidad. ¡Qué triste noticia la de su fallecimiento! Tengo la plena seguridad de que el Sr. Aníbal del Río se encuentra en el paraíso, en la gloria de Dios y al amparo de la Santísima Virgen María.
Esta es la crónica que escribí sobre Aníbal del Río el 2 de
julio de 2014, y que actualizo hoy, en su tránsito hacia la eternidad. Decansa en paz, amigo: solo te adelantaste en la ruta, también nosotros partiremos algún día...
El arte, el auténtico, no necesita hacer mucho ruido. Le basta el silencio. Y en consecuencia, los artistas plenos, muchas veces pasan desapercibidos ante nuestros ojos; mientras que los artistas falsos, pululan en las galerías, en los recitales, en los podios de premiaciones.
Este es el caso del artista plástico, intelectual y poeta chiclayano Aníbal del Río (Chiclayo, 1941). Sin duda, como su paisano el poeta Juan Ramírez Ruiz (fundador del movimiento Hora Zero en la década del setenta), este pintor ha optado por la marginalidad (entendida solo como "estar al margen", pero con dignidad), como una forma de vida, como una opción creativa.
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"Cordillera de los Andes", por Aníbal del Río. Técnica mi |
Don Aníbal aprendió sus primeros pasos en la calle Lora y Cordero, en pleno centro histórico de Chiclayo. Nació artista. De esa época, recuerda el paisaje pueblerino de esa ciudad, sus pisos empedrados, sus comerciantes apurados, sus viejas casonas republicanas, su aire de "ciudad fenicia y de mercaderes"...
Pero no le bastaba eso, y viajó a Europa en en 1969, especialmente a Alemania, donde vivió por más de treinta años. Todavía conserva recortes de periódicos, catálogos de sus exposiciones, fotografías y extensos artículos sobre su obra que le dedicaron varias revista de arte. Estuvo en Madrid, Zaragoza, Barcelona, Salamanca, Valladolid, Valencia, León. En Francia anduvo por París, Perpignan; luego Suiza, Ginebra, Berna, Zurich, Bassil.
En Alemania fue donde radicó por más tiempo entregado a su quehacer artístico y cultural: Ulm, Munich, Stuttgart, Nuremberg, Heildebg, Mannh, Frankfurt, Köln, Düsseldorf, Essen,Dortmund, Münster, Bielefeld, Hannover, Bremen, Hamburg.
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"El mito", por Aníbal del Río. Técnica mixta sobre cartón. |
Ahora, en su "exilio limeño" se le puede ver ataviado con traje oscuro o gris, siempre con un saco y un fólder con dibujos, bocetos, poemas, lápices de colores, pequeñas esculturas hechas con migajas de pan... Su itinerario es el centro histórico de Lima, a donde regresó hace más de una década, para instalarse sin premuras, sin apremios, más que el de sobrevivir.
Entre los libros que ha publicado figuran: "Cómo roncan las flotas", "Inmensa cordillera", "Regálame tu banco","Operación nieve" y el monólogo dramático "Juan Pérez y la publicidad".
"Todavía en Perú hay mediocridad, corrupción, ignorancia...", afirma. Pero lo dice sin resentimiento, aunque con cierta severidad, como quien lo asegura y lo sabe en carne propia. Cuando le preguntamos sobre su formación académica nos dice: "Soy autodidacta, pero el pintor que más admiro es el trujillano Macedonio de la Torre, un maestro de maestros, precursor del arte contemporáneo del Perú, pero que murió injustamente sin ser valorado en su exacta dimensión"
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El pintor Aníbal del Río y su gran amigo, el profesor Jorge Jara, en el casi mítico puesto de periódicos que este último regenta en el Jr. Callao, en el centro histórico de Lima. |
Lo he conocido en el camino, de la mano del profesor Jorge Jara, quien tiene un puesto de periódicos en el jirón Callao, frente a la cochera del Club de la Unión, casi mítico rincón donde llegábamos a conversar, a tomar un café de cincuenta céntimos y pan de manteca, a reírnos de las tristezas, con otros amigos como el doctor Ner Montoya, Simón, el artesano Edel Zamora y el inefable "Cucho", rimense total, pero más amigo leal.
Entre conversaciones y periódicos, don Aníbal nos ha contado su vida y nos ha obsequiado pequeñas tarjetas con sus dibujos. Es un gesto que nos conmueve, porque sabemos que el artista camina y camina y camina todo el día ofreciendo (vendiendo) sus dibujos y poemas, con dignidad, con la frente en alto.
A la hora del desayuno es posible verlo en el Jr. Conde de Superunda, sorbiendo un café con leche. Al mediodía sigue caminando. Al mediodía se le puede ver sentado en una banca de la Av. Emancipación boceteando un cuadro. En la noche, ya debe haber recorrido un tramo larguísimo. "No aspiro a nada más que a la belleza...". Y se va recitando un poema "de su cosecha":
Cuando eres forastero
en algún lugar del mundo
y tienes dinero
¡te llaman turista!
cuando el dinero escasea
te dicen vagabundo.
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Aníbal del Río, caminando por el centro histórico de Lima, "sin prisa, pero sin pausa". |
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miércoles, 22 de abril de 2015
Vida, pasión y juerga en la primera novela de Jorge Irribarren
(Días de juerga, Jorge Irribarren. Lima, Mastertaste, 2015)
Fotografìas: Mara Rabinara
Fotografìas: Mara Rabinara
“Un libro no es, en modo alguno, moral o inmoral. Los libros están bien o mal escritos. Esto es todo”. Para el escritor Oscar Wilde: “La vida moral del hombre forma parte del tema para el artista; pero la moralidad del arte consiste en el uso perfecto de un medio imperfecto. Ningún artista desea probar nada.”
Bajo esa perspectiva, con su novela “Días de juerga” Jorge Irribarren, inyecta un aporte fresco y vital en la literatura peruana, no solo porque es un retrato vivo de la Lima posmoderna –de cierta Lima, dirían algunos– sino porque va a contracorriente de aquellos recetarios que sostienen que el arte “tiene la obligación” de construir una sociedad más justa, o tiene “el deber” de…
Con valentía, a sabiendas de que podría ganarse el rechazo de los puristas, Irribarren ha logrado un caleidoscopio donde, por momentos, la realidad parece superar a la ficción, pero evidenciando que ningún tipo de arte está obligado a ser un catálogo de recomendaciones sobre lo que debería ser la existencia. La vida simplemente discurre, como el tiempo.
En “Días de juerga” los personajes están buscando (o se están encontrando con) obstinadamentealgo: placer desmedido, felicidad instantánea, emoción al paso. Viven a cien por hora. Sin autocensura, sin pensar en las consecuencias. La protagonista, Andrea Vizconti –una joven perteneciente a una conservadora y acomodada familia limeña, residente de una casona del Olivar de San Isidro–, a los veinte años decide ir a estudiar a Madrid, ciudad donde la diversión es parte de la cotidianeidad.
Luego, ciudades como Ibiza y Amsterdam –donde la juerga puede no tener fin–, la harán madurar con una intensidad inusual, moldeando su personalidad de una manera peculiarmente inesperada. Lima, su ciudad natal, así como sus amigos de infancia y adolescencia, siempre estarán allí, como si ella nunca se hubiese ido, y la juerga será una constante también a su regreso.
El otro protagonista, PieroGiannoli –quizá su más entrañable amigo–, pareciera ser que, por coincidencia o quizá a propósito, desde que ella deja Lima comienza a experimentar una vida de desaciertos aparentemente sin final.
Ambos personajes tienen vidas paralelas que se juntan y alejan mientras los tiempos se mezclan entre recuerdos y remembranzas de las décadas de los ochenta y noventa,permitiendo al lector, conjuntamente con los personajes, interactuar en lugares y con personas reales, analizar situaciones,discutir juicios de valor, hacer crítica social, así como experimentar costumbrismos que son parte del transcurrir de sus vidas en una Lima intensa, extrema, a veces decadente, a veces luminosa .
Al igual que el “bonus track”, otras sorpresas que vienen como en esta “opera prima” de Jorge Irribarren son: compartir bellas canciones(incluye soundtrack), revivir los inicios de la música electrónica, recordar grandes DJ´s, conversar con los personajes sobre sus problemas, frustraciones y alegrías, divertirse tanto en bares como en exclusivas fiestas y discotecas entre Lima, Madrid, Máncora, Ibiza y Amsterdam, así como experimentar el vértigo –muchas veces prohibido- de los tragos, las drogas, el sexo(narrado de manera explícita), la juerga desenfrenada, el amor y el desamor…
Tal como sucede en las obras cumbres de la novelística peruana, tales como “La ciudad y los perros” de Vargas Llosa, “Los ríos profundos” de José M. Arguedas o “El mundo es ancho y ajeno” de Ciro Alegría, en “Días de juerga” los personajes pretenden trascender más allá de su entorno cotidiano, ir más allá de lo establecido, romper límites, superar la resaca, subvertir el orden establecido para luego intentar retornar hacia el equilibrio. Irribarren ha logrado crear y recrear un Perú donde los personajes, cada cual a su manera, viven su propio drama.
lunes, 20 de abril de 2015
Poeta Marco Antonio Corcura vuelve con “Trina el pájaro ciego”
Antología poética bilingüe se presentó el jueves 16 de abril en la Universidad de Piura, Campus Lima.
Por Nivardo Córdova Salinas / @nivardocordova
Por Nivardo Córdova Salinas / @nivardocordova
El poeta Marco Antonio Corcuera, en la campiña arequipeña. (Foto: Fundación Marco Antonio Corcuera) |
El poeta Marco Antonio Corcuera (Contumazá, 1917 – Trujillo, 2009) tiene una presencia trascendente no sólo por ser una voz personalísima en la literatura peruana y latinoamericana, sino por su valioso legado cultural y humano. Así lo confirma la reciente publicación de Trina el pájaro ciego / The trill of the blind bird (Cuadernos Trimestrales de Poesía, 2015), antología bilingüe castellano-inglés de su obra poética, que fue presentada públicamente en la Universidad de Piura, Campus Lima.
La Fundación Marco Antonio Corcuera, que amorosamente conducen su esposa Celia (su leal compañera de toda la vida) y sus hijos César (sacerdote), Paul, Julio y Marco Antonio, con la colaboración de escritores, poetas y críticos literarios, se ha propuesto la noble tarea de seguir difundiendo la obra poética y cultural de quien fuera considerado por Luis Alberto Sánchez como “héroe de la poesía del Perú”), pues no solo fue un bardo sino también un promotor cultural.
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Portada de The trill of the blind bird. (2015) |
La revista Cuadernos Trimestrales de Poesía y el Concurso Poeta Joven del Perú (donde surgieron escritores esenciales como Javier Heraud, César Calvo, José Watanabe, Antonio Cillóniz o Manuel Ibáñez Rosazza, entre otros), son referentes obligados del quehacer indesmayable del poeta Marco Antonio Corcuera, en cuya poesía además encontramos la continuidad de la tradición poética del Perú, con ecos de Vallejo y también de la poesía del siglo de oro español hasta Juan Ramón Jiménez.
Ahora, en tiempos en que la sociedad está signada por el materialismo, el utilitarismo, el hedonismo y la violencia, todavía hay una luz de esperanza en que los valores éticos son la resistencia frente al caos, y que la poesía y el arte son como un camino de humanismo y de continuación de la obra creadora de Dios, para vivir intensamente la búsqueda de la verdad, el bien y la belleza.
POETA ESENCIAL
Durante la presentación, el Dr. Eugenio Chang-Rodríguez –intelectual peruano, profesor emérito de la City University of Nueva York y de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos) destacó la orfebrería del lenguaje del poeta Corcuera, su neorrealismo y nativismo, que “diestramente convirtió los paisajes de su tierra natal en valiosos poemas y narraciones”.
La metáfora que da título al libro es de una belleza sin par, de hondura estética y filosófica. El poeta canta, así como los pajarillos trinan incluso antes de abrir los ojos:
“En la cuesta queda el ansia / va el corazón a pie con su guadaña / trina el pájaro ciego / y Dios descalzo se levanta…” (Eagerness remains on this hill / on goes the heart with its scythe / the blind bird trills / and God rises up barefooted…”)
Al ser entrevistado el Dr. Chang-Rodríguez destacó la continuidad que representa Corcuera respecto a sus predecesores: el Grupo Norte o Bohemia de Trujillo. El poeta Marco Antonio Corcuera enriqueció el oficio con una visión de emprendedor de la literatura –para usar un término en boga-, fomentando vocaciones y animando publicaciones emblemáticas. “Es un bardo presente, actuante, vital, que no solo se queda en la evocación filosófica, sino que va a la acción, porque tenía una sensibilidad social muy grande”, señaló. Y a la vez no deja de ser el poeta que se asombra ante el enigma de la existencia:
“Para eso hemos venido / a descifrar el misterio / Pero el misterio no llega / no nos descubre su velo (…) ni habrá jamás en el mundo / quien diga, estando muerto, / que supo lo que no vio / sintiendo lo que yo siento…” (This is why we came / to decipher de mystery / but the mystery not arrive / it does not uncover its veil (…) nor will exists in the world / who says, that being dead already, / knew what he did not see / feeling what I feel…”
La traductora del libro, Laura León, declaró que el proceso de traducción ha sido todo un reto y una experiencia enriquecedora, “para mantener la sonoridad de los poemas en castellano y la connotación, sin que pierdan su fuerza”. De otro lado, las escritoras Marita Troiano y Alessandra Tenorio abordaron también el estilo, el arte y el conocimiento del oficio literario de Corcuera, destacando su humanidad y cercanía a las nuevas generaciones.
Si hay algo que sorprende, es que el vate no solo trabajó poemas escritos, sino que dio el más grande ejemplo de padre de familia y jefe de hogar, al tiempo que soñador y literario, también desde su labor profesional en el campo del derecho.
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El poeta, mostrando un ejemplar conmemorativo de la emblemética revista Cuadernos Trimestrales de Poesía (Foto: Fundación MAC) |
PADRE, AMIGO, HOMBRE…
En lo personal me sorprende el testimonio de unidad y amor familiar. Su hijo, el sacerdote César Corcuera, afirma que su padre: “cantó a la hermosura de la creación de Dios, inspirándose en la naturaleza, fijándose en las plantas pequeñitas así como en los animalitos, bello camino para llegar de lo pequeño a las grandes cosas”.
Asimismo, el Dr. Paul Corcuera –catedrático y director del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad de Piura-, destacó en su padre “la profundidad de sus convicciones, su forma heroica de vivir, su amor a la familia” y recordó que el poeta tuvo como norte a Jesucristo, citando una frase tomada del Evangelio de San Juan y que, recuerda, el poeta tenía muy presente: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios”. Y citó el verso de su padre: “Para llegar a Dios por el sendero que solo con sandalias se transita”, donde la humildad franciscana distingue a un “poeta claro y sencillo”, como también era el anhelo del gran José María Eguren.
Por su parte, Julio Corcuera, en una entrevista personal expresó que es el amor lo que mueve la empresa de difundir la obra de su padre, y anunció siete proyectos nuevos, entre los que destaca la próxima edición del libro “¿Qué es la poesía?”, “que engloba la definición de poesía que fue tomando a lo largo de su vida de lectura y obviamente abarca desde Aristóteles y Platón hasta la actualidad.
“Es un proyecto que él mismo ensayó y tituló Veinte siglos hablando de poesía, el cual va caminando lento por la minuciosa validación de cada cita y su referencia para no cometer errores”. Asimismo mencionó la “Antología a la rosa”, que abarca los poemas dedicados a esta flor. Otros proyectos son la edición de “Extravagancia”, poemario inédito de 1938, “donde le dedica un poema a Vallejo, y casi podríamos decir es uno de los primeros poemas dedicados al vate santiaguino”; “ Raudales de Silencio”, poemario inédito de 1939 que lleva prólogo del poeta Horacio Alva Herrera; el “Diario personal”, de 1940, donde el poeta Corcuera relata todo lo concerniente a los juegos florales Universitarios de la Universidad Nacional Mayor de san Marcos y sus encuentros con Martín Adán, el extraordinario poeta liberteño Luis Valle Goicochea, entre otros; “Misivas” (cartas con diferentes poetas contemporáneos) y una antología de “Cuadernos Trimestrales de Poesía”. Todo esto demuestra que el poeta Marco Antonio Corcuera está más presente que nunca. (ncs)
sábado, 28 de marzo de 2015
Revelación en la senda del manzanar

"Publican Revelación en la senda del manzanar", nota aparecida hoy en el diario La Industria de Trujillo, Empresa Editora La Industria de Trujillo S.A.), fina cortesía de su editor, gran periodista y amigo Guido Sánchez Santur.
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martes, 6 de enero de 2015
El "Retrato post mortem de San Francisco Solano" en el Convento de San Francisco de Lima
Por Nivardo Córdova Salinas / nivardo.cordova@gmail.com
San
Francisco Solano –sacerdote de la Orden Franciscana nacido en Montilla,
Andalucía, en 1549, y fallecido en Lima en 1610– tuvo una participación importante en la
evangelización de América en el siglo XVII, especialmente en Argentina,
Paraguay y el Perú.
Conocido como “Taumaturgo de América” y “Apóstol del Perú”,
vivió los ideales de la caridad y la pobreza franciscanas y se mimetizó en la
América profunda predicando en quechua, en guaraní y en tonokoté, dialecto que
se hablaba en Santiago del Estero.
Según sus biógrafos, San Francisco Solano solía acompañar sus prédicas cristianas con cánticos en lenguas nativas y tocando un instrumento parecido al violín. Se asegura que hizo muchos milagros.
Tras
llegar establecerse en Perú alrededor de 1590, San Francisco Solano fue
guardián del Convento de Santa María de los Ángeles, más conocido como "Los Descalzos", en el Rímac y posteriormente vivió sus
últimos días en el Convento de San Francisco de Lima, donde en su permanencia
en la enfermería franciscana, durante los días de la enfermedad que ocasionó su muerte (¿un cáncer al estómago?) fue atendido por el enfermero Fray Juan Gómez, el mismo que ha sido "inmortalizado" por el tradicionista peruano Ricardo Palma en la memorable tradición titulada "El alacrán de Fray Gómez".
Es importante señalar que dicho
fraile no es un invento afiebrado salido de la imaginación del ilustre
tradicionista peruano Ricardo Palma sino que fue un personaje de carne y hueso, de cuya
existencia no sólo da fe el autor de las "Tradiciones peruanas" sino también diversos cronistas
históricos del Convento de San Francisco de Lima como Fray Diego de Córdoba y
Salinas (1) y más recientemente el notable sacerdote franciscano e historiador Luis
Julián Plandolit OFM (2).
Lo extraordinario de este santo montillano, también se vislumbra después de su muerte, como se aprecia en la anécdota verídica sucedida luego de que fue sepultado en la Catacumbas de San Francisco de Lima.
Precisamente
Fr. Gómez tuvo participación en la exhumación del cadáver del santo andaluz para
la realización del “Retrato post mortem” por parte del pintor Pedro Reinalte
Coelho, y que es el retrato más fidedigno que existe de San Francisco Solano,
conservado en la actualidad en el Museo San Francisco y Catacumbas de Lima.
Es
una historia muy singular que ha conservado la crónica franciscana y que el
Padre Luis Julián Plandolit OFM (el biógrafo más documentado de este santo) refiere “in extenso”. Tras la muerte de San
Francisco Solano (el 14 de julio de 1610 a las 11 y 45 de la mañana en la
enfermería del Convento de San Francisco de Lima), el pintor Juan de Aguayo
hizo dos retratos del santo yacente en su lecho mortuorio, pero que al parecer
no fueron del todo precisos, posiblemente por la aglomeración de fieles
católicos que pugnaban por llevar alguna reliquia del santo, como era costumbre en ese entonces.
Fue el propio virrey Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros, quien solicitó al padre guardián del convento que se desentierre la bóveda sepulcral, con la finalidad de que se haga un nuevo retrato “para que quedase memoria del padre Solano”.
Fue el propio virrey Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros, quien solicitó al padre guardián del convento que se desentierre la bóveda sepulcral, con la finalidad de que se haga un nuevo retrato “para que quedase memoria del padre Solano”.
El artista encargado fue Pedro Reinalte Coelho,
nacido en Madrid, y la exhumación (en la que participaron Fr. Juan Gómez y dos
frailes legos) tuvo lugar treinta y seis horas después del fallecimiento del santo. Según
relata Reinalte, citado por Plandolit: “(San Francisco Solano) estaba de buen
color, los labios colorados, las mano tratables, sin ningún género de mal olor,
sino con una suavidad que denotaba la gloria que estaba gozando”.
El "Retrato post mortem de San Francisco Solano" se exhibe en la sala permanente dedicada al santo en el Museo San Francisco y Catacumbas de Lima, junto con otros lienzos, esculturas y reliquias de quien es "patrono de los navegantes y de los toreros".
El "Retrato post mortem de San Francisco Solano" se exhibe en la sala permanente dedicada al santo en el Museo San Francisco y Catacumbas de Lima, junto con otros lienzos, esculturas y reliquias de quien es "patrono de los navegantes y de los toreros".
(1) En la Revista de
Historia de América, Nº 40, diciembre de 1955, se señala: "Uno de los franciscanos más
distinguidos e ilustres en el mundo de las letras en siglo XVII, en Sudamérica,
fue el celebrado cronista Fray Diego de Córdoba y Salinas. Su pluma, en
ocasiones churrigueresca y ágil, fecunda y florida, aunque a veces un tanto
pesada y embarazosa, le coloca en un sitial preponderante en el templete de los
escritores americanos, y sus Crónicas y escritos son y serán una fuente de
cristalinas aguas de la historiografía y de la consulta documental. Fray Diego
de Córdoba nació en el último tercio del siglo XVI (1591) en la capital del
Virreinato del Perú, la Ciudad de los Reyes... El original de la partida bautismal
del cronista limeño -escribe el siempre bien documentado Guillermo Lohmann
Villena- nos es desconocido por haberse extraviado desde hace mucho tiempo el
libro donde ellas se asentaban en la Catedral de Lima, desde 1578 hasta 1597.
Felizmente, en la actual parroquia del Sagrario de esta misma ciudad, existe un
Índice alfabético de partidas de bautismo, 1561.1750, confeccionado a mediados
del siglo XVIII. Allí consta que en el folio 135 del aludido libro figuraba, entre las partidas asentadas en 1591, una correspondiente a la cristianización
(bautismo) de Diego, hijo legítimo del doctor Diego Salinas y de Juana de
Silva. Guillermo Lohmann Villena, "Fray Diego de Córdoba Salinas (alcance
a un articulo)" en Revista de Indias (Madrid, 1952), Nº 48, pp. 343-345.(
(2) Luis Julián Plandolit inició su investigación en 1949 (año del cuarto centenario del nacimiento de San Francisco Solano) bajo la premisa de que “al santo Solano más se le conoce por los contornos esfumados y claroscuros de la leyenda, que por los matices precisos de la historia”. Plandolit reviso toda la documentación sobre el santo en el Archivo Secreto Vaticano, Biblioteca Vaticana (sección Manuscritos y sección Impresos), Archivo de San Isidoro (padres irlandeses, Roma), Biblioteca Nacional San Isidoro, Biblioteca Nacional de París, Archivo San Francisco de Lima, Archivo de la Curia Arzobispal de Lima, Biblioteca Nacional de Lima (sic), Biblioteca del Convento de Ocopa, Archivo General de Indias (Sevilla) y Archivo de la Embajada Española de Roma.
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; Leer más s sobre San Franciso Solano en:
Boletín del Archivo San Francisco de Lima N° 36
Boletín del Archivo San Francisco de Lima N° 37
(2) Luis Julián Plandolit inició su investigación en 1949 (año del cuarto centenario del nacimiento de San Francisco Solano) bajo la premisa de que “al santo Solano más se le conoce por los contornos esfumados y claroscuros de la leyenda, que por los matices precisos de la historia”. Plandolit reviso toda la documentación sobre el santo en el Archivo Secreto Vaticano, Biblioteca Vaticana (sección Manuscritos y sección Impresos), Archivo de San Isidoro (padres irlandeses, Roma), Biblioteca Nacional San Isidoro, Biblioteca Nacional de París, Archivo San Francisco de Lima, Archivo de la Curia Arzobispal de Lima, Biblioteca Nacional de Lima (sic), Biblioteca del Convento de Ocopa, Archivo General de Indias (Sevilla) y Archivo de la Embajada Española de Roma.
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; Leer más s sobre San Franciso Solano en:
Boletín del Archivo San Francisco de Lima N° 36
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Milagrosa prédica de conversión en Lima, el 21 de diciembre de 1604. Óleo sobre madera de autor anónimo, del año 1662. (Foto: Archivo San Francisco de Lima) |
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Basílica de San Francisco, Lima 15001, Perú
viernes, 26 de diciembre de 2014
Juan Ramírez Ruiz: ni delante ni detrás de nadie
A propósito de la publicación de “Revelación en la senda del Manzanar” de Fredy Roncalla (Lima, Pakarina / Hawansuyo Editores, 2014)
Por Nivardo Córdova Salinas
(Este artículo también fue publicado en la versión impresa del diario La Industria, Trujillo, 29 de diciembre de 2014. Ver aquí.)
Se acaba de publicar en Lima el libro de ensayos “Revelación en la senda del Manzanar” (Pakarina / Hawansuyo Editores, 2014) que aborda la obra literaria y el legado existencial de quien hoy es considerado por algunos críticos como el poeta más importante del Perú junto con Vallejo, Eguren y Martín Adán.
El poeta en cuestión es Juan Ramírez Ruiz (Chiclayo, 1946 - Virú, 2007), quien fuera fundador en la década del setenta del Movimiento Hora Zero, junto con el poeta Jorge Pimentel, y que es uno de los últimos movimientos literarios importantes en Perú y –me atrevo a decirlo– de Latinoamérica, por su teoría y praxis del “poema integral” y por su proyecto estético de “democratizar”, si cabe el término, la poesía.
Lejos de ser un “homenaje” más, de esos donde se suele ensalzar la vanidad y el ego de aquellos que pretenden pasar a la historia a como dé lugar, este libro (editado por Fredy Roncalla) presenta una serie de aproximaciones y testimonios que nos ayudan a comprender y valorar la obra de Juan Ramírez Ruiz, poeta comprometido y principal teórico de Hora Zero, que renunció a todo tipo de carreras (“incluso las carreras literarias”, escribió alguna vez en su manifiesto Palabras Urgentes 2), que abandonó las comodidades de una vida sedentaria, que vivió los últimos meses de su vida en las calles, en la indigencia total, muriendo finalmente en un accidente de tránsito y siendo sepultado como NN. Estuvo más de ocho meses “desaparecido”, hasta que la Policía Nacional halló su cuerpo.
Alguna vez a inicios de 2008, conversando al respecto con el periodista y editor de Caretas, Jaime Bedoya, tras el anuncio del fallecimiento del poeta, luego de una intensa búsqueda, el colega me comentó lo siguiente: “Aquello no es gloria literaria, es locura…”. A lo que respondí: “Felizmente la obra poética de JRR está publicada”. En efecto Juan escribió con “alma, corazón y vida”. Sus poemas y manifiestos aparecen en antologías literarias en el Perú y el extranjero.
Más allá de su trágico final, de su vida intensa, JRR publicó tres libros fundamentales para la poesía contemporánea del Perú y que son –es el juicio unánime de la crítica–, vitales para entender el proceso literario nacional: “Un par de vueltas por la realidad” (1971), “Vida perpetua” (1978) y “Las armas molidas” (1996, este último disponible gratuitamente en Internet (http://goo.gl/of9gUX). Como se sabe, JRR también escribió los manifiestos: “Palabras urgentes”: el primero en 1970 y el último en 1980, que él mismo editó a mimeógrafo y volanteó en el Salón de Grados de la casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde anuncia su ruptura con el movimiento que fundó por considerar que sus miembros se habían apartado de los ideales originales.
Allí dijo: “Reivindico a los que se niegan y se negaron a compartir irresponsablemente el festín de la vida que el orden ofrece a unos pocos: a quienes se les ofrendó el primer acto del movimiento Hora Zero. Reivindico el Hora Zero de los que fueron despedidos de sus centros de trabajo por la única razón de pertenecer al movimiento; a los que dejaron profesiones, títulos universitarios y abandonaron —apasionados por la libertad— los caminos que conducen a la comodidad que ofrecen todas las carreras, incluso las literarias (…) Reivindico a los que no quieren “subir”. Reivindico a los que quieren abrir los caminos. (…) Se celebra el “Hora Zero”—caja de resonancia de las carreras literarias de los paterfamiliae, reblandecidos precozmente por la treintena y que ahora acuden para que desde la cátedra se viertan los baldes de agua helada sobre el ardor de sus veinte años traicionados.”.
El libro “Revelación en la senda del manzanar” intenta hacer justicia a la obra del poeta JRR, del mismo modo que en 2008 lo hizo el poeta y editor Jorge Luis Roncal a través de la revista Arteidea, con una edición de homenaje in memoriam en la que participaron los poetas Roger Santivañez, Armando Arteaga y el pintor Bruno Portuguez, así como quien suscribe este texto.
Me disculparán mis paisanos chiclayanos, pero JRR no es el poeta de Chiclayo ni la “chiclayanidad”. No le cantó al arroz con pato ni al “espesado”, no bailó cumbia ni tondero. Fue más allá, con su propio pañuelo, para poetizar la vida, para denunciar desde la poesía. ¡Qué paradójico! Mientras un exalcalde (de cuyo nombre no quiero acordarme) actualmente está en detenido y enjuiciado por desfalcar los dineros del pueblo, JRR optó por la indigencia y la renuncia. La “inmolación” de JRR, su opción por vivir la pobreza en cuerpo y alma, pero riqueza espiritual al fin y al cabo, su renuncia a becas y beneficios económicos, su crítica al “figuretismo cultural”, su decisión de irse a caminar y dormir a la intemperie para morir sin nombre, pero, sobre todo, su “obra poética escrita”, son el signo más tangible de su grandeza humana. El Perú le adeuda todavía el mayor homenaje que puede recibir un poeta: leerlo, difundirlo.
Lima, 1 de diciembre de 2014.
CONTENIDO DEL LIBRO
El libro empieza con una un ensayo introductorio: “Del júbilo al Hanan: la mitopoética de Juan Ramírez Ruiz”, escrito por el poeta y ensayista Fredy Amílcar Roncalla. La primera parte del libro se titula “Tres libros fundamentales” y contiene dieciséis textos: “La amistad como desborde pasional en un poema de Juan Ramírez Ruiz, por Santiago López Maguiña; “ Un acercamiento a Las armas molidas de Juan Ramírez Ruiz”,por Marithelma Costa; “Un par de vueltas por la realidad. La revelación de la provincia en Lima”, por Juan Zevallos Aguilar; “Este viento cargado con sonidos de vidrios verdes o la poesía cargada de sentido de JRR”, por Carmen Ollé; “El júbilo”: ¿Un poema acontecimiental?, por Santiago López Maguiña.
Asimismo, “Vida Perpetua: Huellas de una lectura”, por Claudia Salazar; “Una conversación repentista con JRR”, por Reynaldo Jiménez; “Las armas molidas”, por Tulio Mora; “Las amadas armas de Juan”, por Julio León; “Vigilia y sueño de un utopista”, por Juan Carlos Lázaro; “El eterno placer de la palabra ante la complejidad de la escritura”, por Walter Ventosilla.
Le siguen los ensayos “La Universidad de San Marcos, la Revolución y la “involución” ideológica del Movimiento Hora Zero. A veinticinco años de “Palabras urgentes (2)” de Juan Ramírez Ruiz”, por Paolo de Lima; “Juan Ramírez Ruiz: haciendo realidad la utopía, porPatricia del Valle; “El canto de la guerra y de la paz…”, por RógerSantiváñez; “La utopía del lenguaje en la poética de Juan Ramírez Ruiz”,por Armando Arteaga; “Hanan: Nacion de Armas Molidas”, por Luis Fernando Chueca.
La segunda parte del libro se denomina “Homenajes y semblanzas”, donde se incluyen poemas y testimonios. Aquí figuran la serie de poemas “JRR”, por Victoria Guerrero; “ParaPoemas construidos con palabras de Juan Ramírez Ruiz”, Cecilia Vicuña; “Mis recuerdos de Juan, por Julio León; “Juan Ramírez Ruiz ¡presente!”, por Mabel Sarco; “Memoria alrededor de un poema & una carta”, por RógerSantiváñez.
Asimismo “Juan Ramírez Ruiz”, por Rosina Valcárcel; “El grado zero de la escritura”, por Alberto Colán; “Esa música, esa abundancia, ese relumbre… Unas palabras jubilosas por Juan Ramírez Ruiz”, por Bernardo Rafael Álvarez; “Elegía a la muerte del poeta Juan Ramírez Ruíz”, por Juan Carlos Lázaro; “Juan Ramírez Ruiz: una sola vida, muchas muertes”,por Manuel Vereau; “Claveles rojos para Juan Ramírez Ruiz”, por Rodolfo Ybarra; “Muerte al anochecer”, por Enrique Sánchez Hernani.
Además “Mi último encuentro con el poeta Juan Ramírez Ruiz”,por Nivardo Córdova Salinas; “2004 La última vez”, por José Diez; “Radiquen para siempre en mi canción”, por RógerSantiváñez y “La opción”, por Nelson Castañeda.
Para mayor información, contactarse con:
Dante González: dantegonzalezr@gmail.com
Patricia del Valle: patydelvalle@yahoo.com
Fredy Roncalla: fredyamilcar@gmail.com
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Juan Ramírez Ruiz, imagen tomada de un grafitti en una pared del centro de Lima. (Foto: NCS) |
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