A propósito de la publicación de “Revelación en la senda del Manzanar” de Fredy Roncalla (Lima, Pakarina / Hawansuyo Editores, 2014)
Por Nivardo Córdova Salinas
(Este artículo también fue publicado en la versión impresa del diario La Industria, Trujillo, 29 de diciembre de 2014. Ver aquí.)
Se acaba de publicar en Lima el libro de ensayos “Revelación en la senda del Manzanar” (Pakarina / Hawansuyo Editores, 2014) que aborda la obra literaria y el legado existencial de quien hoy es considerado por algunos críticos como el poeta más importante del Perú junto con Vallejo, Eguren y Martín Adán.
El poeta en cuestión es Juan Ramírez Ruiz (Chiclayo, 1946 - Virú, 2007), quien fuera fundador en la década del setenta del Movimiento Hora Zero, junto con el poeta Jorge Pimentel, y que es uno de los últimos movimientos literarios importantes en Perú y –me atrevo a decirlo– de Latinoamérica, por su teoría y praxis del “poema integral” y por su proyecto estético de “democratizar”, si cabe el término, la poesía.
Lejos de ser un “homenaje” más, de esos donde se suele ensalzar la vanidad y el ego de aquellos que pretenden pasar a la historia a como dé lugar, este libro (editado por Fredy Roncalla) presenta una serie de aproximaciones y testimonios que nos ayudan a comprender y valorar la obra de Juan Ramírez Ruiz, poeta comprometido y principal teórico de Hora Zero, que renunció a todo tipo de carreras (“incluso las carreras literarias”, escribió alguna vez en su manifiesto Palabras Urgentes 2), que abandonó las comodidades de una vida sedentaria, que vivió los últimos meses de su vida en las calles, en la indigencia total, muriendo finalmente en un accidente de tránsito y siendo sepultado como NN. Estuvo más de ocho meses “desaparecido”, hasta que la Policía Nacional halló su cuerpo.
Alguna vez a inicios de 2008, conversando al respecto con el periodista y editor de Caretas, Jaime Bedoya, tras el anuncio del fallecimiento del poeta, luego de una intensa búsqueda, el colega me comentó lo siguiente: “Aquello no es gloria literaria, es locura…”. A lo que respondí: “Felizmente la obra poética de JRR está publicada”. En efecto Juan escribió con “alma, corazón y vida”. Sus poemas y manifiestos aparecen en antologías literarias en el Perú y el extranjero.
Más allá de su trágico final, de su vida intensa, JRR publicó tres libros fundamentales para la poesía contemporánea del Perú y que son –es el juicio unánime de la crítica–, vitales para entender el proceso literario nacional: “Un par de vueltas por la realidad” (1971), “Vida perpetua” (1978) y “Las armas molidas” (1996, este último disponible gratuitamente en Internet (http://goo.gl/of9gUX). Como se sabe, JRR también escribió los manifiestos: “Palabras urgentes”: el primero en 1970 y el último en 1980, que él mismo editó a mimeógrafo y volanteó en el Salón de Grados de la casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde anuncia su ruptura con el movimiento que fundó por considerar que sus miembros se habían apartado de los ideales originales.
Allí dijo: “Reivindico a los que se niegan y se negaron a compartir irresponsablemente el festín de la vida que el orden ofrece a unos pocos: a quienes se les ofrendó el primer acto del movimiento Hora Zero. Reivindico el Hora Zero de los que fueron despedidos de sus centros de trabajo por la única razón de pertenecer al movimiento; a los que dejaron profesiones, títulos universitarios y abandonaron —apasionados por la libertad— los caminos que conducen a la comodidad que ofrecen todas las carreras, incluso las literarias (…) Reivindico a los que no quieren “subir”. Reivindico a los que quieren abrir los caminos. (…) Se celebra el “Hora Zero”—caja de resonancia de las carreras literarias de los paterfamiliae, reblandecidos precozmente por la treintena y que ahora acuden para que desde la cátedra se viertan los baldes de agua helada sobre el ardor de sus veinte años traicionados.”.
El libro “Revelación en la senda del manzanar” intenta hacer justicia a la obra del poeta JRR, del mismo modo que en 2008 lo hizo el poeta y editor Jorge Luis Roncal a través de la revista Arteidea, con una edición de homenaje in memoriam en la que participaron los poetas Roger Santivañez, Armando Arteaga y el pintor Bruno Portuguez, así como quien suscribe este texto.
Me disculparán mis paisanos chiclayanos, pero JRR no es el poeta de Chiclayo ni la “chiclayanidad”. No le cantó al arroz con pato ni al “espesado”, no bailó cumbia ni tondero. Fue más allá, con su propio pañuelo, para poetizar la vida, para denunciar desde la poesía. ¡Qué paradójico! Mientras un exalcalde (de cuyo nombre no quiero acordarme) actualmente está en detenido y enjuiciado por desfalcar los dineros del pueblo, JRR optó por la indigencia y la renuncia. La “inmolación” de JRR, su opción por vivir la pobreza en cuerpo y alma, pero riqueza espiritual al fin y al cabo, su renuncia a becas y beneficios económicos, su crítica al “figuretismo cultural”, su decisión de irse a caminar y dormir a la intemperie para morir sin nombre, pero, sobre todo, su “obra poética escrita”, son el signo más tangible de su grandeza humana. El Perú le adeuda todavía el mayor homenaje que puede recibir un poeta: leerlo, difundirlo.
Lima, 1 de diciembre de 2014.
CONTENIDO DEL LIBRO
El libro empieza con una un ensayo introductorio: “Del júbilo al Hanan: la mitopoética de Juan Ramírez Ruiz”, escrito por el poeta y ensayista Fredy Amílcar Roncalla. La primera parte del libro se titula “Tres libros fundamentales” y contiene dieciséis textos: “La amistad como desborde pasional en un poema de Juan Ramírez Ruiz, por Santiago López Maguiña; “ Un acercamiento a Las armas molidas de Juan Ramírez Ruiz”,por Marithelma Costa; “Un par de vueltas por la realidad. La revelación de la provincia en Lima”, por Juan Zevallos Aguilar; “Este viento cargado con sonidos de vidrios verdes o la poesía cargada de sentido de JRR”, por Carmen Ollé; “El júbilo”: ¿Un poema acontecimiental?, por Santiago López Maguiña.
Asimismo, “Vida Perpetua: Huellas de una lectura”, por Claudia Salazar; “Una conversación repentista con JRR”, por Reynaldo Jiménez; “Las armas molidas”, por Tulio Mora; “Las amadas armas de Juan”, por Julio León; “Vigilia y sueño de un utopista”, por Juan Carlos Lázaro; “El eterno placer de la palabra ante la complejidad de la escritura”, por Walter Ventosilla.
Le siguen los ensayos “La Universidad de San Marcos, la Revolución y la “involución” ideológica del Movimiento Hora Zero. A veinticinco años de “Palabras urgentes (2)” de Juan Ramírez Ruiz”, por Paolo de Lima; “Juan Ramírez Ruiz: haciendo realidad la utopía, porPatricia del Valle; “El canto de la guerra y de la paz…”, por RógerSantiváñez; “La utopía del lenguaje en la poética de Juan Ramírez Ruiz”,por Armando Arteaga; “Hanan: Nacion de Armas Molidas”, por Luis Fernando Chueca.
La segunda parte del libro se denomina “Homenajes y semblanzas”, donde se incluyen poemas y testimonios. Aquí figuran la serie de poemas “JRR”, por Victoria Guerrero; “ParaPoemas construidos con palabras de Juan Ramírez Ruiz”, Cecilia Vicuña; “Mis recuerdos de Juan, por Julio León; “Juan Ramírez Ruiz ¡presente!”, por Mabel Sarco; “Memoria alrededor de un poema & una carta”, por RógerSantiváñez.
Asimismo “Juan Ramírez Ruiz”, por Rosina Valcárcel; “El grado zero de la escritura”, por Alberto Colán; “Esa música, esa abundancia, ese relumbre… Unas palabras jubilosas por Juan Ramírez Ruiz”, por Bernardo Rafael Álvarez; “Elegía a la muerte del poeta Juan Ramírez Ruíz”, por Juan Carlos Lázaro; “Juan Ramírez Ruiz: una sola vida, muchas muertes”,por Manuel Vereau; “Claveles rojos para Juan Ramírez Ruiz”, por Rodolfo Ybarra; “Muerte al anochecer”, por Enrique Sánchez Hernani.
Además “Mi último encuentro con el poeta Juan Ramírez Ruiz”,por Nivardo Córdova Salinas; “2004 La última vez”, por José Diez; “Radiquen para siempre en mi canción”, por RógerSantiváñez y “La opción”, por Nelson Castañeda.
Para mayor información, contactarse con:
Dante González: dantegonzalezr@gmail.com
Patricia del Valle: patydelvalle@yahoo.com
Fredy Roncalla: fredyamilcar@gmail.com
Juan Ramírez Ruiz, imagen tomada de un grafitti en una pared del centro de Lima. (Foto: NCS) |
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