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lunes, 28 de diciembre de 2015

José Manuel Escobar: con el arte en la sangre...



"El color más intenso del pintor trujillano José Manuel Escobar", artículo de Nivardo Córdova Salinas publicado por el diario La Industria, Trujillo-Perú, Domingo 15 de Noviembre de 2015, pg cultural plan b.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Jesús Pizarro Tomé y sus recuerdos de Matazango y La Molina

Por Nivardo Córdova Salinas (*)
Jesús Pizarro Tomé: "La Fiesta de la Cruz, en el mes de mayo, es la fiesta más bonita que he visto en toda mi vida”.
Jesús Pizarro Tomé, es uno de los vecinos más antiguos de La Molina. Se crió y sigue viviendo en Matazango: “La Fiesta de la Cruz, en mayo, es la fiesta más bonita que he visto en toda mi vida”. (Foto extraída del libro: La Molina: 50 años disfrutando mi hogar, en el que participó el autor de este artículo)
La memoria de los antiguos habitantes del distrito de La Molina, da cuenta de nombres y lugares que hoy aparecen a nuestra vista con nuevos matices. El antiguo paisaje de La Molina –antes de ser distrito- estaba dominado por extensos y verdes cañaverales, florecientes sembríos de algodón y maíz, sembrados por cientos de trabajadores durante sus duras faenas en los campo surcados por vistos chalanes cabalgando sobre sus caballos de paso peruano que a la vez que el mejor caballo de silla del mundo es la herramienta más noble del trabajo agrícola.
Nombres de haciendas como Melgarejo, Granados, Mayorazgo, Monterrico Grande, y de sectores como Las Hormigas o Matazango todavía resuenan en el trazado de las actuales calles, avenidas principales y barrios del distrito, pero también en la memoria de antiguos trabajadores de estos predios.
Uno de aquellos personajes es don Jesús Pizarro Tomé, nacido en la Maternidad de Lima e hijo de padres que llegaron desde Mala y Huancayo a trabajar en la hacienda La Molina Vieja. “Mi padre, llegó el año de 1908 para trabajar como peón en la chacra y aquí nací yo, en la Maternidad de Lima. He vivido toda mi vida en La Molina”, señala.
Don Jesús, vive en Matazango, cerca de la avenida Separadora Industrial, una calle muy singular no sólo por lo angosta y serpenteante que es, sino porque es una reliquia urbana que nos queda de lo que fueron las antiguas rancherías de las haciendas, es decir el lugar donde vivieron los trabajadores de campo.
“Mi padre me enseño el trabajo agrícola. Sembrábamos caña de azúcar, algodón, maíz, y algunas pequeñas chacras con frutales. También había ganadería. La hacienda Melgarejo era ganadera; las haciendas Vásquez y Rinconada producían algodón, y Monterrico Grande caña de azúcar y chancaca. Los hacendados habían instalado una línea de tren, para transportar la cosecha en vagones hacia lo que hoy es la Av. La Molina. Eran otros tiempos”, afirma.
Uno de los recuerdos más vivos de su juventud es la Capilla de la Molina Vieja –“donde me casé”- y las procesiones de la Fiesta de la Cruz en el mes de mayo, “que es la fiesta más bonita que he visto en toda mi vida”. Cuenta que la antigua Cruz de camino –que era motivo de peregrinaciones y gran devoción estaba ubicada a la altura de San Jorge en la actual Av. La Molina.
Cruz de Camino de la antigua Hacienda Monterrico, en el actual distrito limeño de La Molina.
Cruz de Camino de la antigua Hacienda Monterrico, en el actual distrito limeño de La Molina.
Otra particularidad que recuerda es que los terrenos eran pantanosos. “Muchos animales se hundían en el barro y no había cómo sacarlos”. En cuanto a los platos típicos era infaltable el “frejol colado” popularizado por los que venían de Chincha y Cañete.
La mayoría de trabajadores venían por el sistema de “enganche” desde la sierra. Una vez instalados en la hacienda, el trabajo en el campo de cultivo era la actividad principal, para sembrar o cosechar. La “paña” de algodón (cosecha de este producto) era una de las más laboriosas.
Don Jesús recuerda que habían manantiales e incluso un arco de adobe que marcaba la entraba a la hacienda, donde se apreciaba un cartel con la hora de ingreso, a las seis de la mañana, y salida, a las seis de la tarde. El saludo característico para anunciarse en el portón era “Ave María Purísima” al que el interlocutor respondía “Sin pecado concebida”.
Sobre el manantial que menciona, hay una leyenda. “Dicen que una época no había agua y entonces un hacendado salió en su caballo a buscarla. Buscó y buscó pero nada; hasta que un día se le apareció el diablo con la promesa de que le daría toda el agua a cambio de su alma. El agua llegó y el hacendado se esfumó. En las noches se aparecía en su caballo blanco… Todos teníamos miedo de caminar solos en la noche por miedo a ver al jinete” cuenta don Jesús.
Otra de las fiestas de gran popularidad eran los carnavales, que en Matazango se celebraban a todo dar. “Venían bandas de músicos de todas las haciendas y hacían competencia. En el calor de la reunión los varones cogían ramas del árbol del membrillo y nos agarrábamos a membrillazos, pero sólo como un juego”.
En cuanto al nombre del sector actual de Matazango, señala que “sango” es palo. “Quiere decir `mata a sango´, o `mata a zangasos´, porque parece que a los esclavos negros que se escapaban de las haciendas sus amos los perseguían y los castigaban muy fuerte”, afirma.
Don Jesús Pizarro, a sus 82 años, es uno de los vecinos más antiguos. Su mensaje es de unión y fraternidad: “Anhelo que en La Molina podamos trabajar y vivir ricos y pobres de manera unida y en fraternidad, porque ante todo somos personas que debemos luchar para que nuestra comunidad sea mejor”.
(*) Este escrito de Nivardo Córdova Salinas fue incluido  en el libro La Molina: 50 años disfrutando mi hogar (Lima, 2012), con ocasión del cincuentenario de creación política de dicho distrito limeño. Las fotos han sido tomada de dicho libro.

Valeria Susti de Musante y sus recuerdos de La Molina

Por Nivardo Córdova Salinas (*)
Nació en Chile pero es peruana de corazón y molinense por convicción. Sus dibujos y pinturas retratan una época y una arquitectura que se fueron para no volver. La tradición vive en sus pinceles y la identidad de La Molina le debe mucho. 
Nació en Chile pero es peruana de corazón y molinense por convicción. Sus dibujos y pinturas retratan una época y una arquitectura que se fueron para no volver. La tradición vive en sus pinceles y la identidad de La Molina le debe mucho. (Foto: La Molina: 50 años disfrutando mi hogar)
Valeria Susti de Musante llegó al Perú a los 16 años desde su natal Santiago de Chile, pues tenía familiares afincados en Lima. “Vine en barco y arribé al puerto del Callao. Nos mudamos totalmente al Perú. Yo había estudiado en el Colegio Británico Dunalastair de Santiago, que era un colegio laico, pero en Lima asistí a un colegio de monjas donde al inicio no me acostumbraba. Finalmente me casé aquí y soy peruana”, afirma la esposa de don José Musante Lacoste.
La señora Valeria es artista plástica y una de las personas que más se ha preocupado por rescatar y divulgar las imágenes de la antigua hacienda Melgarejo. Sus estudios los ha realizado de manera autodidacta y en varios talleres de arte con maestros como Suárez Vértiz –discípulo de Daniel Hernández- Daniel Peña, Cristina Gálvez, Kawashima, Juan Pastorelli y Teresa Mestre.
“Me casé en 1964 y tengo una linda familia. Si hay alguien que merece rescatarse en la historia de La Molina, creo que es mi suegro, don José Musante Hurtado, quien era una persona inteligentísima, muy trabajador y uno de los que más se dedicó a conservar la tradición de la crianza del caballo peruano de paso. Además era un apasionado de la cultura y donó la avenida La Fontana. Pude conocer la hacienda Melgarejo y siempre viví obsesionada por pintarla y fotografiarla. Incluso cuando fue demolida el año 1982, para dar paso al edificio del BCP, estuve presente tratando de rescatar todo lo que era posible: rejas, puertas, adobes, e incluso y la antigua chomba enorme tinaja de arcilla del siglo XVI que hoy son parte de mi casa”, afirma. Además en la mansión hay un espacio importante para el Museo Musante, que es la colección de aperos peruanos del caballo de paso, jatos, sombreros y ponchos de algodón y lino.
"Hacienda Melgarejo", dibujo al carboncillo de Valeria Susti de Musante.
“Hacienda Melgarejo”, dibujo al carboncillo de Valeria Susti de Musante.
Su esposo, José Musante Lacoste, hijo de don José Musante Hurtado,  quien fuera uno de los propietarios más distinguidos de la hacienda Melgarejo, se ha preocupado por conservar no sólo antiguas herramientas agrícolas, sino también bellísimos aperos y
monturas del caballo peruano de paso, así como sombreros y ponchos de chalán. Su casa mantiene el estilo original de la vieja hacienda: está hecha de adobe, quincha y madera. Es un verdadero museo histórico, como si estuviese detenida en el tiempo. Y don José, uno de los mayores conocedores de la historia molinense y del caballo peruano de paso.
José Musante Lacoste, esposo de Valeria Susti. Su padre fue uno de los propietarios de la Hacienda Melgarejo.
José Musante Lacoste, esposo de Valeria Susti. Su padre fue José Murante Hurtado uno de los propietarios de la Hacienda Melgarejo y promotor de la conservación del caballo de paso peruano. (Foto: libro La Molina: 50 años disfrutando mi hogar)
El trabajo de Valeria ha sido el de registrar cada uno de los rincones de la casa, desde ángulos diversos, los cuales ha plasmado en cuadros donde predomina la técnica de la acuarela. “Es la técnica más difícil porque se trabaja con un material húmedo, que si cometes un error no lo puedes disimular”. En sus cuadros se puede hacer una reconstrucción visual de cómo fue la hacienda Melgarejo: sus patios, campanarios, la cruz de camino, las balaustradas, el zaguán, las columnas, las buganvillas floreciendo sobre los tejados, la vieja carreta, las acequias y ventanales.
"Hacienda Melgarejo", acuarela de Valeria Susti de Musante.
“Hacienda Melgarejo”, acuarela de Valeria Susti de Musante.
Se define como una persona que ama la cultura y el paisaje, especialmente la zona andina, que le hace recordar mucho a Santiago de Chile. En su sala están sus cuadros (“no los vendo por nada del mundo, te puedo hacer una copia del mismo si deseas”) donde predominan planos de la vieja hacienda Melgarejo, flores, caballos de paso y algunos abstractos “que hago como ejercicio de creatividad”, dice.
Como artista pero también como vecina de La Molina, Valeria Susti, señala que un reto pendiente de las nuevas gestiones ediles es “mejorar la vida cultural de La Molina, promoviendo actividades diversas de forma permanente”.
(*) Este escrito de Nivardo Córdova Salinas fue incluido  en el libro La Molina: 50 años disfrutando mi hogar (Lima, 2012), con ocasión del cincuentenario de creación política de dicho distrito limeño.

Valeria Susti de Musante y sus recuerdos de La Molina

Por Nivardo Córdova Salinas (*)
Nació en Chile pero es peruana de corazón y molinense por convicción. Sus dibujos y pinturas retratan una época y una arquitectura que se fueron para no volver. La tradición vive en sus pinceles y la identidad de La Molina le debe mucho. 
Nació en Chile pero es peruana de corazón y molinense por convicción. Sus dibujos y pinturas retratan una época y una arquitectura que se fueron para no volver. La tradición vive en sus pinceles y la identidad de La Molina le debe mucho. (Foto: La Molina: 50 años disfrutando mi hogar)
Valeria Susti de Musante llegó al Perú a los 16 años desde su natal Santiago de Chile, pues tenía familiares afincados en Lima. “Vine en barco y arribé al puerto del Callao. Nos mudamos totalmente al Perú. Yo había estudiado en el Colegio Británico Dunalastair de Santiago, que era un colegio laico, pero en Lima asistí a un colegio de monjas donde al inicio no me acostumbraba. Finalmente me casé aquí y soy peruana”, afirma la esposa de don José Musante Lacoste.
La señora Valeria es artista plástica y una de las personas que más se ha preocupado por rescatar y divulgar las imágenes de la antigua hacienda Melgarejo. Sus estudios los ha realizado de manera autodidacta y en varios talleres de arte con maestros como Suárez Vértiz –discípulo de Daniel Hernández- Daniel Peña, Cristina Gálvez, Kawashima, Juan Pastorelli y Teresa Mestre.
“Me casé en 1964 y tengo una linda familia. Si hay alguien que merece rescatarse en la historia de La Molina, creo que es mi suegro, don José Musante Hurtado, quien era una persona inteligentísima, muy trabajador y uno de los que más se dedicó a conservar la tradición de la crianza del caballo peruano de paso. Además era un apasionado de la cultura y donó la avenida La Fontana. Pude conocer la hacienda Melgarejo y siempre viví obsesionada por pintarla y fotografiarla. Incluso cuando fue demolida el año 1982, para dar paso al edificio del BCP, estuve presente tratando de rescatar todo lo que era posible: rejas, puertas, adobes, e incluso y la antigua chomba enorme tinaja de arcilla del siglo XVI que hoy son parte de mi casa”, afirma. Además en la mansión hay un espacio importante para el Museo Musante, que es la colección de aperos peruanos del caballo de paso, jatos, sombreros y ponchos de algodón y lino.
"Hacienda Melgarejo", dibujo al carboncillo de Valeria Susti de Musante.
“Hacienda Melgarejo”, dibujo al carboncillo de Valeria Susti de Musante.
Su esposo, José Musante Lacoste, hijo de don José Musante Hurtado,  quien fuera uno de los propietarios más distinguidos de la hacienda Melgarejo, se ha preocupado por conservar no sólo antiguas herramientas agrícolas, sino también bellísimos aperos y
monturas del caballo peruano de paso, así como sombreros y ponchos de chalán. Su casa mantiene el estilo original de la vieja hacienda: está hecha de adobe, quincha y madera. Es un verdadero museo histórico, como si estuviese detenida en el tiempo. Y don José, uno de los mayores conocedores de la historia molinense y del caballo peruano de paso.
José Musante Lacoste, esposo de Valeria Susti. Su padre fue uno de los propietarios de la Hacienda Melgarejo.
José Musante Lacoste, esposo de Valeria Susti. Su padre fue José Murante Hurtado uno de los propietarios de la Hacienda Melgarejo y promotor de la conservación del caballo de paso peruano. (Foto: libro La Molina: 50 años disfrutando mi hogar)
El trabajo de Valeria ha sido el de registrar cada uno de los rincones de la casa, desde ángulos diversos, los cuales ha plasmado en cuadros donde predomina la técnica de la acuarela. “Es la técnica más difícil porque se trabaja con un material húmedo, que si cometes un error no lo puedes disimular”. En sus cuadros se puede hacer una reconstrucción visual de cómo fue la hacienda Melgarejo: sus patios, campanarios, la cruz de camino, las balaustradas, el zaguán, las columnas, las buganvillas floreciendo sobre los tejados, la vieja carreta, las acequias y ventanales.
"Hacienda Melgarejo", acuarela de Valeria Susti de Musante.
“Hacienda Melgarejo”, acuarela de Valeria Susti de Musante.
Se define como una persona que ama la cultura y el paisaje, especialmente la zona andina, que le hace recordar mucho a Santiago de Chile. En su sala están sus cuadros (“no los vendo por nada del mundo, te puedo hacer una copia del mismo si deseas”) donde predominan planos de la vieja hacienda Melgarejo, flores, caballos de paso y algunos abstractos “que hago como ejercicio de creatividad”, dice.
Como artista pero también como vecina de La Molina, Valeria Susti, señala que un reto pendiente de las nuevas gestiones ediles es “mejorar la vida cultural de La Molina, promoviendo actividades diversas de forma permanente”.
(*) Este escrito de Nivardo Córdova Salinas fue incluido  en el libro La Molina: 50 años disfrutando mi hogar (Lima, 2012), con ocasión del cincuentenario de creación política de dicho distrito limeño.

jueves, 29 de octubre de 2015

¿Por qué fracasó el Plan Huascarán?

Por Nivardo Córdova Salinas

Fue concebido como un plan para modernizar la educación peruana mediante el uso de la computación y la Internet. Sin embargo, además de problemas de presunta corrupción de sus funcionarios, el Proyecto Huascarán también tuvo deficiencias técnicas, especialmente falta de capacitación a los docentes y colegios sin conexión a Internet. El plan no llegó a concretar sus fines y ahora es solo un recuerdo. 

Las tecnologías de información y comunicación (TIC) son herramientas importantes, pero no son un fin en sí mismas.

El 15 de octubre de 2001 se lanzó con gran entusiasmo el Proyecto Huascarán. El lugar elegido fue el colegio N° 30165 “José Olaya Balandra” del poblado de Huacrapuquio (en el departamento de Junín), desde donde los entonces presidente Alejandro Toledo y ministro de Educación Nicolás Lynch anunciaron que había llegado una nueva eratecnológica en la educación peruana.
El Proyecto Huascarán fue creado por D.S. N° 067-2001-ED y comenzó en 101 colegios de zonas rurales  y 500 colegios de zonas urbano marginales del país. El gobierno anunció que se les iba a dotar de “computadoras con conexión a Internet, videograbadoras, televisores y antena parabólica VSAT con capacidad retransmisora y receptora”Asimismo se anunció la cooperación del fundador y dueño de Microsoft, Bill Gates, quien incluso envió un mensaje de aliento que todavía puede verse en YouTube (https://goo.gl/exrp1G).
Su principal objetivo era implementar las últimas innovaciones en Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) –entre ellos Internet–en los colegios públicos, como parte de la formación educativa. La idea era buena y ambiciosa.Por eso, fue creado como un órgano desconcentrado del Ministerio de Educación, dependiente del Viceministerio de Gestión Pedagógica, “encargado de desarrollar, ejecutar, evaluar y supervisar, con fines educativos, una red nacional, moderna, confiable, con acceso a todas las fuentes de información y capaz de transmitir contenidos de multimedia, a efectos de mejorar la calidad educativa en las zonas rurales y urbanas”, según se lee en el Reglamento de Organización y Funciones.
Se consideraba que “la Misión del Proyecto Huascarán es integrar las Tecnologías de Información y Comunicación, al sistema educativo peruano, contribuyendo a ampliar la cobertura, mejorar la calidad de la educación y lograr mayores niveles de descentralización, democratización y equidad”.
Sin embargo, al carecer de una planificación y supervisión adecuadas, empezaron los problemas, no solo a nivel técnico y operativo, sino también legal, penal y político. Han transcurrido 14 años y a todas luces el Proyecto Huascarán no tuvo los resultados esperados. ¿Por qué fracasó?

Las autoridades deben evitar hacer uso político del derecho a la educación de los niños.

PROBLEMAS
Sandro Marcone, el primer director del plan, renunció el 18 de julio de 2002. En ese momento, el funcionario denunció el probable uso político que se le podría dar a esta innovación educativa peruana. Al mes siguiente, el funcionario se preguntaba en un artículo: “¿A quién le conviene que el proyecto Huascarán fracase? (http://goo.gl/8toVH6).
“Al parecer, sí existen algunas personas que podrían encontrar beneficios en su fracaso como técnicos de menor nivel en búsqueda de publicidad, periodistas facilistas que sólo encuentran la noticia en el escándalo, especialistas en educación que reniegan de toda iniciativa que no lideren ellos, y los enemigos políticos del régimen que buscan desprestigiar todo lo hecho o que está por hacer este gobierno. Felizmente el resto de los peruanos sí estamos seguros que la inserción de la tecnología en nuestras escuelas, con sus respectivos impactos, no sólo promueve la equidad sino que es una clara apuesta por mejorar los niveles de productividad y competitividad de los peruanos en el largo plazo”, afirmaba Marcone, todavía entusiasta.
Él mismo dejaba entrever que el gobierno no tenía muy en claro los objetivos y las metas, y al parecer nunca se tuvo claro si el objetivo de fondo era equipar con computadoras y conectar colegios a Internet o apoyar la mejora de la calidad de la educación y la ampliación de su cobertura en las zonas más alejadas del país.
Pero el plan, incluso antes de nacer, ya tenía serias críticas. El decano de la Facultad de Educación de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Manuel Bello, dijo antes del lanzamiento: "Si no hay un fortalecimiento de las escuelas como base, proyectos como el Plan Huascarán no van a tener la repercusión deseada". Al parecer, se cumplió su pronóstico.
En abril de 2004, el gobierno anunció una inyección de 20 millones de soles para repotenciar el Proyecto Huascarán, pero esto no contribuyó a mejorarlo, pues se partía de la idea equivocada de solo adquirir computadoras. La mayoría de colegios rurales no tenía acceso a Internet.
El fallecido educador y director-fundador del colegio Los Reyes Rojos, Constantino Carvallo, criticó duramente el proyecto y declaró ese año: “(El proyecto Huascarán) no tiene una función educativa específica. Tampoco se sabe con certeza para qué se reparten las computadoras. ¿Es para enseñar informática o para integrarlas en los contenidos de la currícula escolar? Lo que hace el Gobierno es repartir máquinas sin el soporte técnico necesario. Al final, terminan siendo obsoletas. Ni siquiera se ha tomado en cuenta esta parte, que es sumamente importante. No contribuyen en nada al desarrollo del alumno ni de la sociedad", afirmó.

DENUNCIAS DE CORRUPCIÓN
En agosto del 2006, la Fiscalía Anticorrupción–que despachaba Oscar Zevallos Palomino–denunció a 12 funcionarios del ‘Proyecto Huascarán’ por actos ilícitos en el manejo de más de S/.10 millones de soles, como por ejemplo la entrega de información privilegiada a una empresa de Juan Remar, quien era mentor del Plan.
A partir de la investigación de la Fiscalía y la Contraloría General de la República, fueron denunciados Freddy Mendoza Arteaga, César Espinoza Soto y Víctor Vegazo Rodríguez, ex directores y ex consultor de energía del mencionado proyecto.Además, Wilfredo Farola Merino, Alfredo del Carpio Holman, César Granda Alva, Beatriz Elena Mejía Londaño, Rodrigo Avendaño Gutiérrez, Edgar Chamorro Collao y el dueño de la empresa Avantec SAC, Juan Felipe Remar Castro.
Todos ellos fueron acusados de los presuntos delitos de negociación incompatible, incumplimiento de deberes y usurpación de funciones, sancionados con pena de hasta seis años de prisión. La denuncia se presentó en los juzgados anticorrupción. Al parecer, ellos habrían entregado información privilegiada a una empresa para que gane licitaciones y además permitieron que la firma se presente dos veces al mismo concurso para obtener contrato de venta de equipos.
Según una investigación de la periodista Ana Véliz publicada por el diario La República (http://goo.gl/3auKNX), el fiscal Zevallos señaló tres hechos en los cuales se habría cometido los presuntos actos ilícitos.
“1] El director del proyecto Huascarán, Fredy Mendoza, entregó información privilegiada –especificaciones técnicas y bandas de frecuencia– a la empresa Avantec para que gane la licitación internacional para la adquisición de una estación terrena satelital y estaciones territoriales remotas, por seis millones de soles. Dicha información privilegiada fue enviada desde la computadora de Mendoza, cinco meses antes de la convocatoria al concurso. Además, se permitió que Avantec coloque su propio sistema informático en los equipos adquiridos, de tal manera que quedó enganchada para la adquisición de otros productos en el futuro.
De esta manera, Avantec habría ganado otras licitaciones, pues era el único proveedor que tenían los sistemas que usaba el proyecto. Igualmente, se estableció que el propietario de Avantec, Juan Felipe Remar, fue una de las personas que ideó el Proyecto Huascarán, uno de los motivos por los que habría recibido dicho privilegio.
2] En la licitación pública para adquirir el sistema de energía solar fotovoltaico (410 computadoras y cinco paneles solares), se permitió que la empresa Sime Comercial presente dos cotizaciones con diferente razón social en la buena pro, resultando ganadora.
3] Por último, indica el fiscal, se contrató a bachilleres, como el caso de Hugo Rodríguez, en vez de ingenieros, para el proyecto.  Sin embargo, los acusados en todo momento negaron los cargos.”
Este proceso penal fue un duro golpe al Proyecto Huascarán.


UN PROYECTO EN AGONÍA
Tras el escándalo de la corrupción, el año 2007 el gobierno emite el D.S. N° 016-2007-ED, mediante el cual el Proyecto Huascarán se fusionó a la Dirección General de Tecnologías Educativas del MINEDU.
Según la especialista Marga Ysabel López Ruiz, esto afectó al proyecto, porque “las funciones que le fueron dadas de promover, planificar, diseñar y ejecutar acciones destinadas a la integración de las TIC en el proceso educativo, así como desarrollar y proveer a la comunidad educativa de un Sistema de Información con recursos especializados en las TIC para mejorar la calidad del proceso de aprendizaje y la enseñanza, ya no las tiene, y al ser subsumidas por la Dirección General de Tecnologías Educativas del MINEDU se convirtió en un proyecto más entre muchos otros".
En 2008 se lanza el Plan Maestro Siglo XXI, que brindaba facilidades para la adquisición de laptops par maestros, y el programa "Una laptop por niño". Hasta diciembre de 2008 se habían entregado 33 mil computadoras a los docentes con una inversión de 15 millones de soles,  y para 2009 el MINEDU aseguraba que se habían adquirido 290 mil laptops para niños.
Sin embargo, López afirma que “en la actualidad no existe ningún Plan Nacional de TIC con proyección al mediano y largo plazo”.A pesar de ello, comentó que actualmente todavía se piensa que “el objetivo a largo plazo es que el año 2020 todas las escuelas peruanas públicas deben estar conectadas y haciendo uso eficiente de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC)”.
Poco a poco, el Proyecto Huascarán se fue diluyendo. El año 2013, el Minedu –a través de la Dirección General de Tecnologías Educativas- lanzó en Lambayeque el programa “Televisión educativa”, con la intención de facilitar el acceso a herramientas informáticas a los docentes en convenio con las tres empresas de telecomunicaciones del país.
Se anunció que el objetivo es proveer de señal satelital a 6,240 escuelas de secundaria del país y beneficiar a 1'857,701 estudiantes y 105,000 docentes del nivel secundario de escuelas públicas del país. De este programa, tampoco se sabe si logró sus fines.
Este año, se habla del nuevo programa “TIC para aprender”, promovido por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y el Ministerio de Educación, a través de la Dirección de Innovación Tecnológica en Educación-DITE (ex DIGETE), que tiene como objetivo brindar oportunidades de aprendizaje a comunidades educativas de ámbitos rurales a través del uso de recursos TIC.  Esto confirma que prácticamente el Programa Huascarán ahora es solo un recuerdo.

OTRAS RAZONES DEL FRACASO DEL PH
El especialista Benjamín Maraza en un estudio sobre el Programa Huascarán  (http://goo.gl/B6luTg) señala: “¿Es acaso un fracaso total? Es una pena reconocerlo, pero quizás si porque no se han cumplido con los objetivos para los cuales fueron propuestos”.
Maraza sostiene que el plan no logró contribuir a ampliar la cobertura y mejorar la calidad de la educación mediante el uso de las TIC y priorizando las zonas más pobres y alejadas del país. Asimismo tampoco logró que en el Perú se generen sociedades del conocimientoni disminuir la brecha digital entre los peruanos.
Otro punto negativo es que no pudo desarrollar ni proveer a la comunidad educativa de un Sistema de Información con recursos especializados en las TIC para el proceso de aprendizaje-enseñanza. Otros fines que no se consiguieron: un programa pedagógico de educación a distancia; descentralizar la generación de contenidos y recursos educativos, ni apoyar el proceso de democratización del acceso a Internet.
“A pesar que se han invertido ingentes cantidades de dinero y ello se debe a diferentes causas uno de los principales es el manoseo político a la que fue sometido este proyecto por los gobernantes de turno, y otra causa es la falta de capacitación y gestión. A ello debemos agregar la famosa ´Parálisis paradigmática´ de la mayoría de profesores del Perú que persisten con esquemas arcaicos y se rehúsan al cambio, en esta nueva Sociedad de la información y el conocimiento”, afirma Maraza.
Otro tema preocupante es que “el Perú no está preparado para aplicar los grandes beneficios que nos pueden proporcionar las nuevas tecnologías de información y comunicación que están surgiendo en la actualidad, por la falta de capacitación de los profesores y los diferentes entes de capacitadores que ofrece el Ministerio de Educación”, opina.
“En el caso de la Educación, actualmente Internet nos proporciona tanto a Estudiante y docentes múltiples servicios, como son: Correo electrónico, chat, WWW, transferencias de archivos, grupos de discusión, lista de intereses, motores de búsqueda, videos, streaming, etc. Pero actualmente la mayoría de estudiantes desconocen estos beneficios de Internet y solo lo usan como chat, messenger y videojuegos”, señala Maraza.
Lo cierto es que son muchas las ideas que circulan actualmente sobre las bondades de la computación como apoyo en la educación, sobre todo la multimedia, es decir la combinación de audio, video, texto, imagen en un software educativo, pero “la escasa producción de software educativo en nuestro país es muy alarmante, ya sea porque este tipo de producción no resulta muy rentable, porque no existe el apoyo debido por parte del Ministerio de Educación”.
Otro problema es la escasa producción de material educativo adecuado a nuestra realidad educativa y las producciones que en su mayor parte se utilizan son ajenas a nuestra realidad educativa, porque proceden del extranjero. A esto se le añade la presión de las grandes marcas y distribuidoras de computadoras para que las instituciones educativas compren computadoras, laptops y tabletas para equipar sus laboratorios de cómputo, con el solo hecho de recuperar prestigio y ganar más alumnado.
Comentó que las nuevas Tecnologías de información y comunicación, constituidos por la televisión, Internet y la telefonía, en nuestros días han revolucionado esquemas mentales, a tal punto que estas herramientas constituyen un fin para los usuarios donde el hombre se está convirtiendo en un esclavo de la máquina, cuando la verdad es que estas herramientas deben constituir solo un medio para lograr nuestros objetivos
“Los estudiantes dependen de estas tecnologías pero como medio de juego y diversión”, dijo. Acotó que la mayoría de las instituciones educativas, equipadas por el programa Huascarán, fueron un “elefante blanco” porque solamente les entregaron las computadoras sin conexión a Internet.
Otro aspecto fue la inadecuada elección del software. “No existe software educativo adecuado a nuestra realidad, entonces es aquí donde debe entrar a tallar la creatividad de alumnos y profesores, donde los alumnos debe fabricar su propio material educativo, y los profesores enseñar a los alumnos a crear su propio material, a través de programas muy usados actualmente. Como Visual Basic, Lingo, Java Script, Macromedia Flash, Macromedia Directo, Adobe Photoshop, Corel Draw y otros, y no enseñar lo que actualmente realizan como el procesador de textos Word, hoja de cálculo Excel y Power Point, que son herramientas que el alumno ya las maneja por necesidad y por tanto no necesita que se les enseñe”, dijo.
“Debe ser preocupación fundamental del maestro peruano, elaborar y diseñar su propio material educativo (Software) de acuerdo a nuestra propia realidad educativa y de acuerdo a nuestros intereses”, afirmó.
Maraza señaló que el Programa Huascarán debió proporcionar material educativo en las diferentes áreas, pero creados o fabricados por los propios alumnos y profesores, y no proporcionando material educativo, fabricado en otras realidades. Asimismo, lamentó que el programa Huascarán haya sido utilizado como una plataforma política.


INTERNET NO ES UN FIN EN SÍ MISMO
Por su parte, Víctor Santillán, autor de una niteresante monografía sobre el tema (https://goo.gl/G3ySzk) señala que el Plan Huascarán fracasó “debido a la visión y uso de la Internet como fin y no como medio por parte de los docentes”.
Comentó que, en la mayoría de casos, los docentes no asumieron el uso de la Internet en sus aulas como herramienta eficaz de búsqueda selectiva, investigación y contacto. Él cita cita las investigaciones referidas a la Internet en la escuela del Perú realizadas por Rocío Trinidad y María Quiroz,
A pesar del fracaso del Proyecto Huascarán, Santillán opina que se debe considerar el uso de las nuevas tecnologías en el aula. “Los medios de comunicación son hoy en día partícipes necesarios de una mejor educación que involucre a los estudiantes más allá del consumismo hedonista que no favorece el desarrollo de sus competencias. Entre todos ellos, la Internet está llamada a suscitar el interés de los educandos por la información, el conocimiento y la investigación”, dijo.
“El Proyecto Huascarán, surgido como un proyecto de actualización de la educación a partir de las TIC, tuvo como objetivo incorporarlas en los procesos pedagógicos y al sistema educativo peruano. Sin embargo, fracasó debido a la falta de un compromiso de todos. Debemos describir las promesas y riesgos de la Internet para la educación en el Perú, examinando finalmente su utilidad como herramienta educativa eficaz de búsqueda selectiva, investigación y contacto”, concluyó.

ENTREVISTA A VÍCTOR SANTILLÁN SOBRE EL PLAN HUASCARÁN

¿Cuáles fueron los aspectos que motivaron el fracaso del Plan Huascarán?

El Plan Huascarán, surgido como un proyecto de actualización de la educación a partir de las TIC, asumió como objetivo incorporar dichas tecnologías en los procesos pedagógicos y al sistema educativo peruano (MINEDU, 2006). Sin embargo, luego de 15 años de su creación, es posible afirmar que su fracaso tuvo origen en  la problemática de laacción comunicacional del profesor; es decir, el la visión y uso de la Internet como fin y no como medio por parte de los docentes, ya que éstos la utilizaron desde una visión técnico instrumental y no para la satisfacción de la necesidad comunicacional en el proceso de aprendizaje;valga decir, como herramienta eficaz de búsqueda selectiva, investigación y contacto.

Esta afirmación encuentra fundamento en tres evidencias: la priorizaron del uso de la Internet como simple fuente de información sin un procesamiento selectivo, la falta de eficiencia tanto de docentes como alumnos en el dominio de la Internet y el hecho de que los colegios nacionales no llegaron a interconectarse a través del portal educativo creado para tal fin.

Esta afirmación implica además que el docente está llamado a ser también hoy un comunicador, un profesional que contribuya eficazmente al desarrollo de las habilidades comunicacionales como son saber que hay distintos puntos de vista; relacionar lo aprendido con la vida diaria; y desarrollar la curiosidad, la pregunta, la investigación y el gusto por el aprendizaje dentro y fuera de las aulas en una interacción que suscite, en último término, el bien de la sociedad en su conjunto.

– ¿Existe un plan similar en la actualidad?

– No y es lamentable. La Internet ha creado un espacio de comunicación que los escolares emplean en sus relaciones cotidianas y aunque ciertamente su acceso aún es limitado, sobre todo en provincias, ello no es óbice para que esté presente en las opiniones y el juicio que puedan tener respecto a lo que aprenden, cómo lo aprenden y sobre todo para qué lo aprenden. Por ello, el objetivo no logrado del Plan Huascarán nos permite tomar conciencia de que la Internet puede contemplarse en los proyectos para las áreas curriculares, cambiando la dinámica tradicional del aula, reduciendo la función informativa del profesor y reservando le competencias didácticas más genuinas, como las de planificación, motivación y evaluación.

 Ante la presión de las compañías para que los colegios compren computadoras (que los colegios asumen como "más prestigio"). ¿Qué se puede hacer?

– Es necesario reconocer que no basta con comprar tecnologías y esperar a que cambien las cosas. La agenda del Plan Huascarán perdió gran valor al no poseer un mínimo de autogestión; es como el reloj de pulsera en el brazo de una persona desorganizada y con mala gestión de tiempo siempre llegará tarde con o sin la“tecnología del tiempo” que posee, irónicamente, para su organización. Evidentemente una revolución tecnológica no garantiza una revolución educativa sino que tan solo la aparenta.

El docente sabe que la riqueza educativa del medio no vendrá por sus potencialidades técnicas y estéticas, sino de la integración que se haga de él con el resto de variables curriculares, de las metodologías que apliquen en la enseñanza, de las actividades que se realicen y de la estructuración específica que realice de los mensajes y contenidos que son presentados adecuándolos a las características propias de su contexto. El gobierno debería presionar primero en ello.

 En cuanto al uso de las TIC, muchos jóvenes usan tablets y PC, para redes sociales, chatear o videojuegos. ¿Cómo incorporar la tecnología al proceso enseñanza-aprendizaje?

– Los cambios en las prácticas educativas no vienen porque el tengamos simplemente las tecnologías dela comunicación en nuestras aulas, sino porque su utilización representa un verdadero cambio en el aprendizaje y por ende, en la enseñanza. En ese sentido, la incorporación de la Internet en el aula reorienta al profesor de cualquier disciplina a convertirse en un “facilitador” que acompañe los procesos de aprendizaje de los alumnos.

Por ello, para incorporar la tecnología al proceso enseñanza, se debe lograr alcanzar una competencia en el docente que le permita desplazarse al lado de la provocación para aprender y para pensar. El docente se convierte en animador de la inteligencia colectiva de los grupos que tiene a su cargo. Su actividad debe centrarse enfáticamente en el acompañamiento y la gestión de los aprendizajes: la incitación al intercambio de saberes, la mediación racional y simbólica y el pilotaje personalizado de los recorridos de aprendizaje: No se trata de introducir por que sí las TIC en las escuelas, atendiendo a modas pedagógicas o exigencias del mercado. Se trata de pensar cuándo y por qué tiene sentido incorporarlas.

– ¿Cómo potenciar la creación de contenidos educativos propios en Perú usando las TIC?

– Al  analizar las promesas y riesgos de la Internet para la educación en el Perú a partir del Plan Huascarán, tenemos como principal dificultad para transformar los contextos de enseñanza el hecho de que su tipología dominante en la escuela de nuestro país es la centrada en el profesor. En una sociedad cada día más compleja, los intentos de situar el aprendizaje del alumnado y sus necesidades educativas en el centro de la acción pedagógica siguen siendo minoritarios o, como en el caso del Plan Huascarán,erróneamente ejecutados.

En ese contexto, para potenciar la creación de contenidos educativos propios en Perú usando las TIC, es necesario asumir una visión cognitiva del aprendizaje y la enseñanza en la que el ordenador viene a ser una metáfora explicativa del cerebro humano. El ordenador no sólo parece capaz de realizar acciones humanas (calcular, tomar ciertas decisiones) sino que toda actividad mediada por él presupone el desarrollo de capacidades cognitivas y meta cognitivas (resolución de problemas, planificación). Por ello, el trabajo del docente no debe restringirse tampoco a una labor exclusiva del aula sino también de un acompañamiento de los alumnos y una auto formación propia, pues el desarrollo parte de la exigencia y sus réditos son la excelencia.

No basta con distribuir computadoras a los colegios de las zonas rurales del país sino que es necesario que los docentes sepan utilizarlas. Tampoco basta con colocar información gubernamental en línea sino que se requiere que los ciudadanos sepan cómo y para qué usarla. Existen dos barreas que limitan el acceso a la tecnología: la barrera tecnológica y la barrea de habilidades. Esta última es muy importante y requiere de la capacitación en el uso de las máquinas y programas; del desarrollo de la lecto-escritura; del manejo del idioma (predomina el inglés) y, sobre todo, de la comprensión de la “cultura en línea”. Para superar esta segunda barrera se necesita entonces una capacitación y asistencia.

El papel de la Internet no salvará ni destruirá a la educación por sí misma porque, si bien contiene tanto promesas como riesgos, la realización de las mismas siempre dependerá de los responsables de ésta.


viernes, 16 de octubre de 2015

Edmund Moeller: el hombre que hablaba con el mármol

Por Nivardo Córdova Salinas / Fotos tomadas del libro de Antje Kirsch: “Edmund Moeller,  Auf der Suche nach einem vergessenen Dresdener Bildhauer” (Dresdener Verlagsanstalt, Dresde 2005), con traducción de la historiadora de arte Simone Padolsky.



El pasado 8 de agosto se conmemoraron 130 años del nacimiento del notable escultor alemán Edmund Moeller, autor del Monumento a La Libertad de la Plaza de Armas de Trujillo. Aunque pocos lo recuerden, es necesaria una pausa para la reflexión sobre temas diversos como su aporte al arte contemporáneo, la conservación del patrimonio cultural y el rol del arte en la sociedad. De paso, opino que los trujillanos deberían hacer más por la conservación de un monumento emblemático que podría desaparecer si no se lo cuida adecuadamente. Aquí una reseña histórica sobra el Moeller y su obra.


“¿Qué hay en común entre Trujillo (Perú) y (Dresde) Alemania? La respuesta es sencilla: En ambas ciudades se encuentran las huellas del escultor alemán Edmund Moeller. En la Plaza de Armas de Trujillo se ubica el Monumento de la Libertad, el cual es su obra más destacada. Y tal vez se recuerda más a este escultor en Trujillo que en Dresde, la capital sajona a las orillas de Elba, donde inició sus estudios académicos de arte y donde posteriormente se localizó su centro de vida y producción artística durante décadas”.

Con estas palabras, Simona Paldosky, coordinadora de la Academia de Arte Kunts-Bau (Dresde), graficaba el interés existente en Europa por este artista, cuando el año 2005 se cumplieron ciento veinte años del nacimiento de Edmund Moeller, artista nacido en Baviera en 1885, y cuyo redescubrimiento en Alemania ha causado un gran impacto. En aquella oportunidad, en Trujillo se realizó una muestra de copias fotográficas de la construcción del monumento. 

Ha transcurrido una década, y este año 2015 se conmemora el 130° aniversario del nacimiento del artista. Lo cierto es que en Trujillo su obra es acaso el ícono más conocido de la urbe: es la imagen postal de la ciudad. Sin embargo, poco o nada se ha hecho para conservar bien este monumento.


En el año 2009, durante la gestión del ex alcalde César Acuña, se realizó una "remodelación" que no consideró los planos originales: se le añadieron piletas de agua con iluminación ad hoc, lo cual ha agravado el problema de la humedad y los hongos, y está tan mal instalada que los cables sueltos están a la vista. Para colmo de la huachafería, la empresa contratista colocó su "placa", como si fuera la autora de esta obra.

En 2005, en la gestión de José Murgia, la Municipalidad Provincial de Trujillo, presentó de forma modesta la exposición fotográfica “Edmund Moeller: 120 años” en la sala de arte de la Caja Trujillo, donde solamente se apreciaron fotocopias ampliadas de la secuencia fotográfica del proceso escultórico y la instalación de los enormes bloques de mármol en la Plaza Mayor en 1929.

Simona Paldosky y Gisela Kohlauf, representante del Instituto Goethe en Lima, vinieron en esa oportunidad a Trujillo para agradecer el gesto de la comuna de homenajear a un artista que recién empieza a ser redescubierto en el país teutón. Sin embargo, les quedó –como a nosotros un sinsabor en los labios, porque la ciudad podría hacer más por la conservación del monumento.

¿CÓMO LLEGÓ MOELLER A TRUJILLO?
En agosto de 2005 se publicó en Alemania un voluminoso trabajo de la historiadora Antje Kirsch, quien ha seguido los rastros de Moeller, y además incluye un catálogo completo de sus esculturas. El libro se titula “Edmund Moeller,  “Auf der Suche nach einem vergessenen Dresdener Bildhauer” (Dresdener Verlagsanstalt, Dresde, 2005).

Simona Paldosky, citando las investigaciones realizadas por Antje Kirsch, señala que tras la Primera Guerra Mundial, los efectos políticos y económicos  en la Alemania de posguerra y las difíciles circunstancias de la vida de la gente fueron impresiones que Moeller plasmó en tres figuras de tamaño más que natural alrededor del año 1918. Anotó que Moeller planificó un monumento de la libertad de tres elementos: “Acción”, “Depresión” y “Liberación”.

“Si Moeller acometió totalmente el monumento sin solicitantes no fue verificado. Él acabó las figuras con mármol travertino, pero por lo visto no encontró interesados para una realización en un sitio público, hasta que en 1923 en una revista especializada tropezó con un concurso de la ciudad peruana Trujillo para un monumento nacional en homenaje a la declaración de la independencia del Perú en 1821. Se presentó y de los 200 candidatos del concurso recibió la adjudicación”, precisó.

El monumento que tiene una extensión de 30 metros de ancho y de 25 metros de altura superaba las dimensiones del diseño original de Moeller. Además creó tres relieves de bronce, los cuales reproducían las batallas de Ayacucho y Junín y la declaración de la independencia delante de la municipalidad de Trujillo.


El obelisco en la mitad el monumento es coronado por la figura de un joven con una antorcha, la cual está parada sobre del globo terráqueo. Las bases de las gradas soportan las alegorías del Arte, la  Ciencia, la Industria agrícola, la Agricultura y Ganadería.

Paldosky sostiene que aproximadamente desde 1924 hasta 1927 Moeller trabajó cerca de una cantera en el Estado Libre de Turingia, donde extrajo el mármol travertino. El transporte de las figuras, las cuales fueron cortadas con un cable de acero delgado, llenaba 110 vagones de ferrocarril, que se embarcaron  vía el puerto de Bremerhaven.


“El mismo Moeller condujo la construcción del Monumento en Trujillo, que fue inaugurado el 9 de diciembre de 1927. Él recibió por su trabajo la condecoración más alta: el Orden del Sol, la cátedra honoraria de la Universidad Nacional de Trujillo y la ciudadanía honoraria de Trujillo. Además del dinero de premio que fue generoso, se entregó Moeller a realizar encargos numerosos en el Perú, entre ellos bustos del presidente Agosto B. Leguía y del entonces alcalde de Lima Andrea Dasso”, dijo.

“Durante su estadía en Perú creó una multitud de figuras indígenas de bronce y madera. Estos bustos y el busto del pintor José Sabogal indican un encuentro de ambos. Así Moeller encontró también el indigenismo, lo cual representante general en el campo de la pintura era José Sabogal. Después de dos años de estadía en el Perú, durante la cual también visitó otras partes del país y Lima regresó Moeller en 1928 vía los Estados Unidos a Europa”, anota Paldosky.



En Dresde, donde Moeller hizo sus estudios académicos y se desarrolló como artista, se conservan importantes esculturas suyas, que dan testimonio del gran cariño que Moeller tuvo por el Perú, como el bronce “El niño pastor”, el “Lamento” (en porcelana), “Mujer sentada” en mármol, “Indígena peruana” en bronce; “Peruana vestida de negro” en madera, y “Cristo ascendido” para la Iglesia de San Pedro en Dortmund.

Sin duda un artista que dedicó su vida por los ideales estéticos y que de, alguna forma, cumple nuevamente ese adagio tan conocido: “Nadie es profeta en su propia tierra”.



EDMUND MOELLER: DATOS BIOGRÁFICOS(*)
8 de agosto de 1885 (Baviera)
Nació en Neustadt cerca de Coburg
1998-1999
Aprendizaje en la Escuela de Artes Industriales en Neustadt
1999-1902
Aprendizaje en el taller del escultor Rutz en Dusseldorf (Renania del Norte-Westfalia)
1902-1905
Estudio en la Academia de Bellas Artes en Dresde (Sajonia), discípulo del catedrático Robert Diez
1904
Premio de Roma por su figura “Jugador con pelota”
1905-1913
Estadía en Roma, viajes a la Región mediterránea y al Cercano Oriente
1912
Medalla de oro de la Gran Exposición de Arte de Berlín por su figura de una fuente “Silen”
1913
Matrimonio con la pintora Julia Müller-Sarne en Londres
1914
Retorno a Dresde, establecimiento de un taller
1914
Nació su hijo Baldur, creación de de la “Fuente de Wettin” (los Wettin: familia real de Sajonia) para la ciudad Crimmitschau (Sajonia), Medalla de oro por Arte y Ciencia
1913/1914
Exposición personal en la galería de arte “Arnold” en Dresde.


1923
Ganador del concurso internacional “Monumento de la Libertad” en Trujillo (Perú).
1924-1929
Varias estadías largas en Trujillo y viajes por Perú, construcción del monumento.
1929
Nombrado al ciudadano honorario de Neustadt (cerca de Coburg), monumento a los caídas en la guerra para Neustadt (cerca de Coburg).
1931
Miembro del jurado para la “Exposición Internacional para Arte Cristiana” en Padua/Italia.
1931-1943
Bustos de Robert Koch, Rudolph Virchow, Luis Pasteur, Johan Gregor Mendel, Paul Ehrlich, Wilhelm Konrad Röntgen para el portal de honor de Museo Alemán de la Higiene en Dresde.

1933-1934
Relieve para el altar de la Iglesia protestante-luterana “Santo Tomás” en Dresde-Gruna.
1936-38
Relieve “Los Bomätscher” (son los jaladores de barcos) en la Orilla de Rey a lado del río Elba en Dresde.
1939
Premio del Arte de la ciudad Dresde.
1941
Diseño de los “Leones coronados” para el Museo Alemán de la Higiene en Dresde.
1941-1943
Trabajos en la fábrica de automóviles “Kraft durch Freude” (“Fuerza por alegría”, hoy en día la fábrica de “Volkswagen”) en Wolfsburg-Fallersleben, relieves en la entrada de la fábrica.
1943-1944

Estadía en Mühlberg/Elba (Brandenburgo).

1944
Reclutamientos a las filas.
1947
Diseño para un monumento de de los soldados caídos en Neustadt (cerca de Coburg).
19 de enero de 1958
Edmundo Moeller muere en Dresde.


(*) Datos tomados del libro de Antje Kirsch: “Edmund Moeller,  Auf der Suche nach einem vergessenen Dresdener Bildhauer” (Dresdener Verlagsanstalt, Dresde 2005) Traducción: Simone Padolsky.