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sábado, 29 de enero de 2011

Macedonio de la Torre: Intensidad y altura

PINTOR TRUJILLANO ES PRECURSOR DE LA PLÁSTICA MODERNA EN EL PERÚ

Por: Nivardo Córdova Salinas (nivardo.cordova@gmail.com)
Fotos: Centro Cultural Inca Garcilaso de la Cancillería del Perú

"Autorretrato", por Macedonio de la Torre.

"Campiña", por Macedonio de la Torre en su primera época.

"Pesca nocturna", por Macedonio de la Torre.

"Pintor y paisaje de la sierra", por Macedonio de la Torre.

A casi tres décadas de la muerte del pintor peruano Macedonio de la Torre, su obra sigue siendo un referente en la plástica contemporánea: se inició en el naturalismo y luego evolucionó hacia el impresionismo, el expresionismo y la abstracción, por lo que es considerado como pionero de arte moderno en el Perú.

Macedonio de la Torre (Hacienda Chuquizongo, La Libertad 1893–Lima 1981), es uno de los más originales artistas plásticos del Perú pero a la vez casi un desconocido para la mayoría de peruanos. Es bueno recordarlo ahora, en momento en que la Escuela Superior de Bellas Arte de Trujillo -que lleva su nombre- se encuentra en un momento crítico, agobiada por el letargo y la inercia burocrática, sin un horizonte definido y casi a la deriva, con carencias de infraestructura y de un norte, problemas que afrontan también las demás escuelas de formación artística del país, incluida la Escuela Superior Nacional Autónoma de Bellas Artes.
Pero la crisis no existe en la obra de Macedonio de la Torre, por el contrario: su legado está más vigente que nunca, como se demostró en la reciente muestra antológica realizada en Lima el año pasado. Treinta de sus mejores obras pictóricas volvieron a hablar por sí mismas en una exposición organizada por sus herederos en el Centro Cultural Inca Garcilaso de la Cancillería, y con la curaduría de Luis Enrique Tord y el auspicio del nieto del pintor, Diego de la Torre.
Después de su muerte, el Perú no había visto una retrospectiva de sus trabajos en mediano y gran formato, pues la última exposición se realizó en 1968, es decir hace cuarenta años.

UNA VIDA LUMINOSA
Para Tord, la vida y pintura de Macedonio de la Torre interesan por varios conceptos: no sólo por ser uno de nuestros artistas más notables y originales, sino también “porque la ciudad de sus iniciales experiencias artísticas –Trujillo- en la que vivió entre 1924 y 1930– “fue un enclave de acontecimientos culturales decisivos para el Perú y el mundo Occidental en el primer tercio del siglo XX”.
Es casi un lugar común afirmar que Macedonio de la Torre acuñó sus primeras inquietudes artísticas e intelectuales en ese crisol espiritual que fue el llamado “Grupo Norte” o “Bohemia de Trujillo”, que integraron el poeta César Vallejo (nacido en la ciudad serrana de Santiago de Chuco y fallecido en París, Francia), el periodista y filósofo, Antenor Orrego, el poeta, periodista y arqueólogo José Eulogio Garrido, el poeta Alcides Spelucín, Federico Esquerre, Oscar Imaña, Juan Espejo Asturrizaga, entre otros como Víctor Raúl Haya de la Torre que luego se oriento a la labor política.
No es casual que Macedonio de la Torre represente una síntesis de la plástica peruana, junto a otros pintores como Ignacio Merino, Baca Flor, José Sabogal, Elena Izcue, Sérvulo Gutiérrez, Víctor Humareda, Tilsa Tsuchiya, por citar sólo algunos ya fallecidos. Macedonio, de formación casi autodidacta, encarna y logra superar aquella supuesta dualidad entre arte social y arte puro. En sus primeros cuadros predominan los temas peruanistas, el paisaje costeño y serrano, pero posteriormente fue virando hacia el vanguardismo a través del arte impresionista, expresionista y abstracto, razón por la que es considerado uno de los fundadores de la plástica contemporánea del Perú.
Con razón, el poeta César Vallejo escribió en la revista limeña Mundial en mayo de 1929 -a propósito de la participación del pintor en el Salón de Otoño de 1928 y en el Salón de los Independientes de 1929 en París- que “Macedonio de la Torre es dueño soberano de una estética realmente original y grande”.
A su retorno al Perú en 1930, siguiendo la opinión de Tord, el artista trujillano vino enriquecido con las enseñanzas y propuestas del impresionismo, el posimpresionismo, el cubismo y el expresionismo alemán, corrientes que marcan un hito pionero significativo en la evolución de las artes plásticas.
Una pregunta es insoslayable: ¿fue Macedonio un genio total o también influyó en ciertas circunstancias socio-culturales? No olvidemos que vivió su infancia en Trujillo y estudió en el Colegio Seminario Conciliar de San Carlos y San Marcelo -donde asistieron muchos otros intelectuales, cuando el país curaba las heridas que dejó la Guerra del Pacífico y entrando al siglo de los inventos: la electricidad, la cinematografía, la fotografía, el telégrafo.

CICLO VITAL
El niño Macedonio nació en el seno de una familia aristocrática, aunque él siempre renegó de este adjetivo. Entre sus parientes cercanos está su primo Víctor Raúl Haya de la Torre, también procedente de una familia acomodada, pero cuya sensibilidad social lo orientó hacia la política. Está documentado que en la infancia tuvo un acercamiento a la música (estudio violín con el maestro Manuel Tejada) y pintura. Al terminar los estudios escolares en 1911 ingresó a la facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Trujillo, que es la primera universidad republicana del Perú y la más antigua después de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fue en esas aulas universitarias que conoció al grupo de amigos que sería decisivo en su formación intelectual y con quienes integraría el Grupo Norte. Pero Macedonio, como Vallejo, aspiraba a más: tuvo su experiencia limeña estudiando Letras, sólo por algún tiempo, en la Universidad de San Marcos, carrera que abandonaría convencido ya de que lo suyo era el arte.
Este es un momento crucial que sus biógrafos -con datos que él mismo proporcionó- han detallado ampliamente: con un grupo de amigos decidió viajar, casi a la aventura, hacia Chile y Argentina. Tord lo sintetiza así: “Fue una ruta curiosa: más de trescientos kilómetros a pie. El resto en precarios omnibuses, automóviles particulares y hasta en el techo de un ferrocarril trasandino. En la capital argentina fue la vida austera y los trabajos estrafalarios. ¿Uno de ellos?: tocar el violín todas las noches en un restaurante italiano”.
En cuanto a su estirpe de artista, el periodista Manuel Jesús Orbegoso, ha escrito uno de los retratos más rotundos del pintor. Reproducimos un fragmento: “Mucho demoré para hacer este reportaje. Macedonio, mitad pez y mitad ave, siempre se me fue de las manos. Mitad agua y mitad luz, siempre se me escapó de los ojos. Recuerdo que una tarde lo sorprendí en su atelier de la calle Mogollón doscientos y pico. Se paseaba como un prisionero o como un fraile. Iba de un brochazo de óleo a una vértebra de león, de una piedra gris a un pico de alcatraz. Iba del centro a la periferia. De espaldas, parecía no sé qué en medio de ese manicomio de arco iris y piedras en gris. Cuando la abertura de la puerta dejó de ser un tajo de luz y metí del todo la cabeza, yo me sentí alucinado también. Le acompañé en su nerviosa contemplación. Fui de acá para allá haciendo interrogantes con los ojos y con las manos, signos de admiración (...)”.
Y César Vallejo, sobre el genio creativo del artista, anota: “Habituados en América a los ´niños prodigios´ ya no se cree en los espíritus serios y reposados, enemigos del relumbrón espectacular y de la cucaña de plazuela. Ciertamente que se necesita una fortaleza moral extraordinaria y una poderosa seguridad en sí mismo para resistir a las tentaciones de la rutina distrital y para defender contra la corriente el ritmo natural y el sano proceso creador de nuestro espíritu”.
En Argentina, Macedonio se vincula con los artistas del barrio de La Boca: Benito Quinquela Martín y Orlando Stagnano. A su retorno al Perú, en Trujillo, vuelve a reunirse con sus amigos. Las veladas en su casa del jirón Gamarra son famosas. En una de ellas Vallejo recita por vez primera su célebre poema “Los heraldos negros”. Otras reuniones se efectuaban en la hacienda El Molino, del compositor y pianista Daniel Hoyle, cuyos vestigios todavía pueden apreciarse (esperemos que este hermoso espacio no sea demolido, como ya ha ocurrido con otros exponentes de la arquitectura monumental trujillana).
No obstante estar en este “parnaso cultural” que era Trujillo, Macedonio emprende en 1924 su viaje a Europa. Allá recorre Alemania, Italia, Holanda, Bélgica y Francia, y estudia minuciosamente la obra del gran Vincent Van Gogh, de quien adopta algunos planteamientos de color y trazo, así como el arte italiano y el expresionismo alemán. Felipe Cossío del Pomar lo describe así durante su estadía parisina: “Encerrado en su modesto taller de Montparnasse pasa las horas en laboriosa creación. Huyendo de los malabaristas, de los quimbosos entrometidos que se alimentan de café en la Rotonda, de toda esa farsa fomentada por los judíos de la Rue de la Boetie, trabaja y estudia desarrollando su propia personalidad. Así se ha hecho uno de los más formidables coloristas. Como Utrillo, ¿por qué no decirlo?, tan bien como Utrillo, interpreta las plazas de París, las escenas vocingleras de los mercados, las calles tortuosas de Montmartre, con una exquisita sensibilidad. Entre mis compatriotas no conozco ninguno, salvo Barreda, que conozca mejor las armonías cromáticas, que sienta mejor el alma de un paisaje”.
Macedonio de la Torre retornó al Perú seis años después, en 1930, ya con una obra brillante. Instala su taller en Lima y en esa década, en pleno auge del “indigenismo”, Macedonio sorprende con su audacia vanguardista. Fue incomprendido por muchos sectores, pero realizaba exposiciones en la capital peruana e inclusive en la ciudad de Nueva York. Citamos nuevamente al autor de “Trilce” refiriéndose al pintor trujillano y elogiando su madurez: “Desconfiad, –dice Cocteau–, de los poetas que obtienen demasiado pronto el sufragio de la juventud. Nada se desvanece tan rápidamente, como un éxito improvisado, así sea de buena ley. Macedonio de la Torre ha pasado los treinta años con felicidad. No ha figurado como niño prodigio ni se ha encendido ante su obra súbitas y universales admiraciones. El grueso público ha permanecido y permanece ante su pintura, indiferente y aún ignorante de ella. Y él, –después del terrible peligro de coartada de los treinta años– ha seguido y sigue trabajando y creyendo, amando y odiando, con creciente llamarada creadora. No se ha apurado ni quiere improvisarse. No busca embaucar ni embaucarse a si mismo”.
Macedonio, además de la pintura, cultivó el dibujo y la escultura “conceptual”, creando artefactos con piedras marinas, huesos de aves, botones, crustáceos. Todo era para él materia prima para su arte. Por ello, Alcides Spelucín acota: “Como a los artistas del Renacimiento, no le es ajeno a este gran temperamento el secreto de ninguna disciplina estética. A todo se ha acercado con amor y efusión, y en todo ha logrado realizaciones fecundas. Pruébanlo, de sobra, sus interpretaciones musicales y sus ensayos plásticos de ayer y sus pinturas, henchidas de luz y de color, de hoy”.
Otro gran escritor peruano, Sebastián Salazar Bondy, dice de él: “Sin mostrar predilección por corriente alguna, sin dejarse ganar por determinados logros, ha sabido ir en cada dirección tras la expresión siempre sorprendente y plena de sugestiones. La pintura de Macedonio se caracteriza precisamente por eso: hay cimas a las que arriba gracias a una especie de iluminación imprevista”.
Juan Manuel Ugarte Eléspuru también conoció a Macedonio de la Torre: “Lo recuerdo muy vívidamente, pues siempre, hasta su muerte, fue locuaz, comunicativo, eufórico, con una vivacidad mental que hacía su parla atropellada y hasta inconexa, por la tumultuosa acumulación de palabras...”. De hecho, el nervio de un gran creador.
La obra de Macedonio de la Torre encarna una peculiar ética humana y estética, su gran talento y manejo del color. La Escuela Superior de Bellas Artes de Trujillo, por el sólo hecho de llevar el nombre de tan magno artista, debe someterse a una urgente reconstrucción de sus idearios. Además, y esto es quizás más grave, las obras del pintor son poco conocidas por las nuevas generaciones trujillanas, poniendo de manifiesto la urgencia de dedicarle un museo a sus obras, como una contribución a la memoria visual del Perú. (NCS)4


martes, 25 de enero de 2011

Denuncia sociólogo Luis Rocca Torres: “Zaña ha sido marginada del circuito oficial de turismo en Lambayeque”

Dr. Luis Rocca Torres, sancando la cara por Zaña. (Foto: Oscar Chambi, en tutaykiri.blogspot.com)

Entrevista: Nivardo Córdova Salinas (nivardo.cordova@gmail.com)

El 2011 ha sido declarado como “Año Internacional de los Afrodescendientes” por parte de la Organización Mundial de Naciones Unidas. El tema concierne directamente al Perú, pues en nuestro país hay una importante población que procede de las etnias africanas que llegaron al Perú durante el Virreinato en condiciones de esclavitud inhumana.
El director de Patrimonio Cultural del Museo Afroperuano de Zaña, Luis Rocca Torres, autor de investigaciones y publicaciones sobre la cultura afroperuana como su reciente “Herencia de esclavos” accedió a una entrevista que la semana pasada fue publicada en el semanario chiclayano Expresión
(http://www.semanarioexpresion.com/columna.php?cl=culturales&edicion=699)



La declaratoria del “Año Internacional de los Afrodescendientes” tiene como finalidad “fortalecer las medidas nacionales en relación con el goce pleno de sus derechos económicos, culturales, sociales, civiles, y políticos, su participación e inclusión en todas las esferas de la sociedad y la promoción de un mayor respeto y conocimiento de la diversidad, su herencia y su cultura”. El tema concierne directamente al Perú, donde existe una importante población de afrodescendientes e instituciones que trabajan directamente sobre el tema, pero especialmente manifestaciones culturales en la literatura, música, artes plásticas, teatro, danzas, gastronomía y el deporte.
- Como sociólogo, usted estudia el tema afroperuano desde hace varios años. Tras la publicación de su libro "Zaña, la otra historia" hasta el reciente "Herencia de esclavos”, ¿cuánto se ha avanzado en la revaloración de la cultura afroperuana? ¿En qué sentido?
- Precisamente la primera redacción del libro de “Herencia de Esclavos en el norte del Perú”, se realizó en el año 1993. Ha pasado ya 17 años y he tenido que reescribir la obra, porque hay nuevos descubrimientos, nuevas investigaciones y también grandes cambios en las poblaciones afroperuanas de la costa peruana. Ha crecido la revaloración de la cultura afroperuana, por el trabajo principalmente de los artistas, de los investigadores y por las iniciativas de las poblaciones por exigir cambios en sus condiciones de vida. Sin embargo falta difundir mucho más la historia y cultura de los afrodescendientes en el Perú, falta incluir en la curricula escolar la diáspora africana y la historia de Africa.
Consideramos que en la costa peruana un avance muy importante ha sido la creación del Primer Museo Afroperuano en la ciudad de Zaña, en marzo de 2005. Ha desarrollado una labor importante en el rescate y conservación del patrimonio cultural de los afrodescendientes y en los últimos años hemos dado prioridad en la reconstrucción de instrumentos musicales extinguidos y algunos en proceso de extinción. Respecto a los primeros nos referimos principalmente a la reconstrucción de tambores y de la marimba. Y sobre los segundos, hacemos referencia a la campaña de difusión del checo y la angara, y sobre todo la distribución de sus semillas…
Diríamos que hay un proceso en curso de revaloración de la cultura afroperuana en el norte del Perú y el pueblo de Zaña es uno de los baluartes principales, por dos razones. La primera por haber sido una Villa Española fundada en el siglo XVI con templos coloniales y la segunda, por que precisamente en Zaña antigua colonial hubo una importante presencia de esclavizados traídos del África. Es importante integrar Zaña con mayor intensidad al circuito turístico de la macro región norte del Perú.

- Se percibe que hay un interés académico en el tema afroperuano (con investigaciones, esfuerzos museográficos y creación de instituciones) pero la vez muchos afroperuanos, especialmente en las zonas urbanas, no muestran interés en el tema, les "da igual" o tienen desconfianza. ¿Cómo explica este fenómeno?
- Es cierto que hay mayor interés académico. Particularmente en el norte del Perú están los trabajos de Susan Ramírez, Rachel O´Toole, Tamara Hale, Lorenzo Huertas, Guillermo Figueroa, Ninfa Idrogo, Ninavilca, Alberto Risco, Ada Lluén, Samamé, Orlando Velásquez y muchos otros más. En todos aquellos estudios mencionados se descubren y se presenta nueva información sobre la presencia africana en el norte del Perú. En el caso de Piura un aporte invalorable ha sido realizado por el profesor Carlos Espinoza y el profesional Octavio Céspedes, ya fallecido.
El problema de fondo es que falta un mayor acercamiento entre los centros de estudios superiores y universidades, hacia las poblaciones afroperuanas. En el norte se encuentran Yapatera (Piura) y en Lambayeque están Zaña y Capote. Es importante un mayor encuentro y diálogo entre profesores, estudiantes urbanos, con los pobladores afrodescendientes de las zonas rurales. Es importante que los centros de estudios superiores tomen en consideración en sus planes de estudios y en sus programas de proyección a la comunidad que en la macro región norte se encuentra una diversidad cultural, muy rica, debido a la presencia de poblaciones de origen pre hispánico, de raíces españolas, de raigambre africana y también asiática. Es decir en el gran norte hay una diversidad cultural, que hay que comprenderla y estudiarla. Pero no solo eso sino también “vivenciar” participar y compartir con el arte y cultura de dichas etnias. En ese sentido Zaña es un espacio multicultural en donde se puede apreciar una variedad artística muy significativa. Por ejemplo en la práctica Zaña viene a ser la capital de la décima. Y en Zaña se encuentran actualmente los instrumentos musicales más antiguos de los afrodescendientes de todo el Perú. Hay una nueva generación de artistas en Zaña que practican diversidad de géneros musicales.

- A pesar de somos un país mestizo (pluricultural, plurirracial y plurilingüe) se afirma que el Perú es un país racista, pero no solamente de los "criollos" hacia los negros sino también desde negros hacia "cholos", "indios", "selváticos", japoneses y chinos peruanos. ¿Cómo abordar este complejo tema?
- En el pasado, en nuestra historia sí ha habido tensiones y conflictos sociales agudos….Pero en estos tiempos debemos comprender que se han registrado intensos procesos de mestizaje e interculturalidad. Hay convivencia y matrimonios entre afrodescendientes e indígenas norteños. Los hijos de los afrodescendientes estudian con los hijos de los descendientes de los mochicas y también con los hijos de los migrantes cajamarquinos. Hay un proceso de interculturalidad, de diálogo intercultural muy rico e intenso…
Es en ese proceso de diálogo intercultural que disminuyen las tensiones…
El racismo y la discriminación han sido impuestos desde la época colonial por quienes han detentado el poder. Sin embargo en las últimas décadas una mejor relación y una mayor armonía entre las diversas etnias… Un ejemplo…las familias zañeras que se dedican a la elaboración y venta de dulces recorren las ferias de diversos pueblos del norte, y son muy bien recibidos, atendidos y sus productos son muy bien acogidos.
Es tiempo de comprender que en el norte del Perú existe ya una tercera raíz, que es la presencia africana desde la colonia y forma parte de nuestra historia y cultura….

- No existe una raza pura, por lo tanto no existiría una "negritud" -por usar un término figurado- absoluta. ¿De qué se habla cuando se dice cultura "afroperuana"?
- Es cierto en el Perú no se puede hablar de razas puras….Por ello ya no se usa en los círculos académicos el concepto de “negro” es más frecuente ahora usar el término afrodescendiente. Tampoco ya no se usa el término “raza”. Ahora se habla de etnias y portadores de cultura.
La cultura afroperuana, alude precisamente a dos elementos. Por un lado a las raíces afros y también a la particularidad que los esclavizados se asentaron en territorio peruano y convivieron con otras etnias y pueblos originarios. De ello surgió una simbiosis intercultural.
Los afrodescendientes en el norte del Perú, asimilaron muchos elementos y tradiciones culturales de los pueblos originarios…los más evidentes son el consumo de la milenaria chicha y la crianza y preparación de los cuyes… Pero también asimilaron elementos culturales mágico-religiosos…En ese sentido hablamos de los afroperuanos y específicamente de los afronorteños.
Y en el campo musical, se ha dado mixturas afro-andinas y afro-hispanas, en el norte del Perú.

- ¿Qué problemas tiene la población afroperuana y cómo solucionarlos?
- Los problemas de los afroperuanos son similares estructuralmente a los problemas que tienen los pueblos originarios. La pobreza, el desempleo, las grandes dificultades para acceder a los estudios superiores. Sin embargo percibimos que también existen formas sutiles de discriminación y marginación de los afrodescendientes. A nuestro criterio el problema principal en estas últimas dos décadas se encuentra en el campo de la débil institucionalidad, la frágil organización de los afrodescendientes de base en todo el país. Tanto en las zonas rurales, como en las urbanas y particularmente en los barrios de Lima, percibimos una grave carencia de institucionalidad, de organización. Es muy débil el tejido social. Falta unión y organización de los afrodescendientes.
De ese primer problema se deriva uno segundo, que es la carencia de representación social, económica y política ante las entidades del Estado, de los gobiernos regionales y ante las instituciones internacionales. Las poblaciones de base están desarticuladas a nivel nacional y no tienen representatividad directa. Por tal razón no pueden canalizar adecuadamente sus demandas, hacer reclamos, gestionar pedidos o proyectos significativos. Hubo a mediados de la década del 80 del siglo pasado un primer esfuerzo de crear un movimiento social de los afrodescendientes a nivel nacional. Se realizaron grandes avances, pero todo ello se quebró a mediados de la década del 90. De allí a la fecha está pendiente realizar nuevos esfuerzos por reactivar, organizar, unir a las poblaciones de base de los afrodescendientes. Y estamos hablando de unir a los de abajo. Consideramos que el año 2011 que será considerado como el Año Internacional de los Afrodescendientes, tiene como principal desafío la creación de una nueva institucionalidad, organizar y unificar a todos aquellos que llegaron primero como esclavos y que ahora forman parte de los “subalternos” del país.

- En Zaña, ¿qué se necesita para que los afroperuanos zañeros se hagan escuchar?
Es importante reflexionar sobre la riqueza cultural de Zaña, su diversidad y sus tradiciones. Consideramos que ya es tiempo que las autoridades integren a Zaña dentro del circuito turístico nacional e internacional. Tiene una ciudad antigua colonial con vestigios de templos de gran belleza arquitectónica, es el lugar donde falleció Santo Toribio de Mogrovejo, patrón de los obispos de Latinoamérica, y contiene tradiciones afroperuanas que se expresan en su arte, décimas, música, canto y en la gastronomía particularmente en los dulces. Es una zona rural de grandes atractivos turísticos. Nos llama la atención, que no es considerada adecuadamente como un importante destino turístico, en los programas de visitas o tours que se promueven en la costa peruana, y particularmente en Chiclayo. En muchos folletos y afiches, no se considera a la ciudad antigua de Zaña como destino turístico. Sobre las razones de ello es importante reflexionar.

- A propósito del Museo Afroperuano de Zaña y el recientemente inaugurado en Barrios Altos (Lima), ¿cuáles son los aportes principales hacia la sociedad?
El Museo Afroperuano de Zaña tal como hemos explicado anteriormente se inauguró el 29 de marzo del 2005. Es el primero en su género en el Perú y es uno de los pocos que existen en Latinoamérica, con un enfoque de la diáspora africana. El Museo creado en Zaña tiene una proyección comunitaria que abre espacio a la participación de las familias tradicionales y las nuevas generaciones. En el Museo, niños y jóvenes practican sus cantos, música y danzas tradicionales y cuentan con instrumentos musicales ancestrales. Es un museo vivo. De otro lado el Museo es de fronteras abiertas: cada vez más incorporamos piezas museográficas de diversos países del continente y del África.
Nosotros vemos positivo que a partir de esta iniciativa haya surgido un museo en Lima, otro en Chincha y se encuentren en marcha proyectos en Cañete y Yapatera. Consideramos que todos ellos contribuyen a la revaloración de la cultura afroperuana.


- ¿Qué perspectivas tiene el Museo Afroperuano a mediano plazo?


Sin embargo cabe hacer una precisión que ya los mismos zañeros consideran al Museo Afroperuano como un Museo que va más allá de las fronteras locales o nacionales. El Museo Afroperuano de Zaña es un museo que tiene como visión ser un museo de la diáspora africana. Y hagamos una reflexión. Si durante cuatrocientos años, salieron del África cerca de 40 millones de esclavizados, esto nos lleva a pensar que una parte de ellos llegó al norte del Perú, pero numerosos grupos fueron diseminados en todas las Américas y el Caribe. Por ello el Museo Afroperuano de Zaña asume ese proceso internacional como parte de su razón de ser. No se puede hacer o construir un museo afroperuano, sin tomar en cuenta las raíces africanas y sin tomar en cuenta que los hombres y mujeres que se encuentran actualmente dispersos en el continente tienen lazos profundos con nosotros, con los afronorteños. Nosotros promovemos la hermandad de los afrodescendientes en las Américas. Por ello uno de nuestros lemas es “Uniendo los espíritus de la diáspora africana”. Por ello reconstruimos los tambores afroperuanos antiguos, la marimba del siglo XVIII que había en el Perú, porque ello nos hermana con otros pueblos de afrodescendientes de las Américas…
Vemos positivo que surjan más museos…. Forjar el Museo Afroperuano de Zaña nos ha costado 35 años de trabajo en Zaña, en recorrer la costa peruana y recorrer los pueblos afrodescendientes del continente. Felizmente ahora contamos con un valioso equipo de trabajo de jóvenes. El Museo está dirigido por la joven socióloga Sonia Arteaga, chiclayana que tiene una experiencia internacional muy importante. Recién viene de Cartagena de Indias de Colombia. También forma parte de nuestro equipo Hildebrando Briones Vela, zañero considerado como el primer decimista del Perú. Y el Museo de puertas abiertas que está en Zaña recibe el invalorable apoyo profesional de Gisella Burga (chiclayana) y Javier Espósito que vienen de especializarse en España que son expertos comunicadores y ya tienen cerca de cinco videos sobre la creación artística en Zaña y están difundiendo a nivel internacional por “youtube”, todo ese trabajo. Ellos están haciendo conocido Zaña, el Museo Afroperuano y a los jóvenes artistas zañeros a nivel internacional…. Por su parte Rafael Santa Cruz tiene valiosos aportes en el campo de la investigación y también ha difundido el Museo a nivel internacional. Contamos con excelentes colaboradores como la musicóloga “Chalena” Vásquez.
Queremos resaltar la labor de los medios de comunicación y en especial a “Expresión” puesto que ha dado varias primicias en la prensa escrita sobre los trabajos de reconstrucción de instrumentos musicales extinguidos. Y ello ha sido noticia de impacto internacional….
Ahora consideramos que debemos unir esfuerzos entre todos los norteños para integrar Zaña, al circuito turístico de la macro región norte. Zaña tiene una gran potencialidad turística que debe ser valorada adecuadamente. Tiene muchos atractivos turísticos para los visitantes nacionales e internacionales. Para contactarse con el Museo Afroperuano, pueden hacerlo a través del museoafroperuano@yahoo.es y el teléfono 974-431042.

lunes, 17 de enero de 2011

Félix Rebolledo: artista de Catacaos para el mundo

Felix Rebolledo Herrera (Catacaos 1944 – Lima, 1986)

Fotografías: Andrés Garay Albújar (agaray@udep.edu.pe)
Texto: Nivardo Córdova Salinas (nivardo.cordova@gmail.com)
Agradecimiento: familia Rebolledo Herrera

Félix Rebolledo Herrera es uno de los artistas plásticos piuranos más influyentes, junto con Ignacio Merino y Luis Montero. Hace 24 años murió asesinado, pero su obra artística sigue vigente y más viva que nunca.
A más de dos décadas del fallecimiento de artista plástico peruano Félix Rebolledo Herrera (Catacaos 1944 – Lima, 1986) durante el genocidio ocurrido durante un motín en el penal de Lurigancho, en Lima, el 19 de junio de 1986 (*), su obra todavía no es valorada suficientemente, ya sea por las circunstancias trágicas de su muerte o quizás por el silencio oficial de la crítica sobre su magnífica obra.

De los artistas plásticos contemporáneos del Perú, Félix Rebolledo Herrera encarna –en mi modesta opinión- al igual que el poeta Javier Heraud, el ideal del artista humano y su búsqueda permanente de verdad, justicia y belleza. Aquí la obra y la biografía del creador son dos caras de una misma moneda: por un lado el ideal estético y por otro las preocupaciones sociales.
Por eso es que la figura de Félix Rebolledo representa un tema ineludible al momento de hacer un balance de la cultura peruana de las últimas décadas y sobre nuestro arte contemporáneo. Indudablemente, en el campo de las artes plásticas del Perú la obra artística de Rebolledo tiene características únicas, en técnica y tema, que merecen un análisis mesurado para valorar aquellos valores esenciales de su propuesta estética, sin los cuales habría un vacío en nuestra historia cultural.

UNA VIDA DEDICADA AL ARTE
Graduado con medalla de honor a fines de la década del 60 en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima -junto con la extraordinaria pintora Tilsa Tsuchiya, amiga cercana y compañera generacional- Rebolledo plasmó su obra con minuciosidad de artesano. Temprano optó por el grabado en todas sus técnicas y variantes (xilografía, aguafuerte, etc.), y luego de terminar su formación académica viajó a Francia en la época del famoso “Mayo del 68”. Su estadía europea le permitió acaso vincularse con los movimientos de vanguardia. Sobre la biografía del artista, y especialmente su estancia europea, empiezan a aparecer nuevas luces.
Según información aclaratoria proporcionada en Lima por la hermana del artista, Flor de María Rebolledo Herrera y la crítica de arte Nanda Leonardini, Félix Rebolledo jamás trabajó en el taller de grabado del artista español Pablo Picasso, tema que muchos dábamos por cierto como para de la “leyenda” sobre el grabadista. De todas formas este detalle no afecta la valoración de su obra, aunque en Francia su técnica alcanzó altas cumbres. Lejos de adoptar las modas de la época, Rebolledo sino que siguió profundizando en la temática social, en las líneas medulares del indigenismo de José Sabogal, pero con una técnica avanzada que recurría al expresionismo, sin abandonar su filiación con el paisaje y el retrato. Es probable que su ciudad natal, Catacaos, enigmática urbe de raíces mochicas y tallanes en las cercanías de Piura, haya ejercido una influencia decisiva por su cercanía al medio rural, las picanterías y chicherías que dejaron una huella imperecedera, o sus calles idílicas con arquitectura del siglo XIX, pero con sus contrastes sociales de una comunidad marginada de la pseudo modernidad, como otras ciudades del “interior” del Perú.
Críticos como Élida Román o Jorge Villacorta han expresado opiniones favorables al arte de Rebolledo, pero sigue siendo un desconocido para la historia oficial de plástica nacional y aún hoy –al margen de menciones tangenciales en estudios socio-literarios o de los abordajes conceptuales - Rebolledo es mirado desde lejos por los círculos de la elite cultural.
Pero hay excepciones. Flor Rebolledo y Nanda Leonardini tienen un archivo especializado con bibliografía sobre el artista, donde destaca el libro “Arte de la vida en riesgo.” (Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2004). Esta misma casa de estudios organizó la exposición Félix Rebolledo. Una vida a través de su obra presentada en el Colegio Real entre del 5 de marzo al 16 de abril del mismo año. Hay, además, un artículo titulado “A la Semana Siguiente”, dedicado exclusivamente a Rebolledo, publicado en Brasil en el año 2006, y otro dentro de Grabadores Peruanos Contemporáneos, editado en la Revista El Centavo Nº 167, Morelia, México, agosto, 1997. También, Rebolledo es consignado en el libro “El Grabado en el Perú Republicano” (Lima, Fondo Editorial de la UNMSM, 2003).

EN EL FUEGO DEL HOGAR
En Catacaos, su tierra natal, siempre Félix Rebolledo Herrera es una presencia permanente, libre y soberana, avivada por el fuego del hogar de la familia Rebolledo-Herrera, en la calle San Francisco, en el corazón mismo de esta ciudad piurana. Su madre, la señora Doraliza Herrera Inga de Rebolledo, sufrió en carne propia la muerte física de su hijo, quien sigue siendo extremadamente real en el calor de la familia, y vigente para el Perú y el mundo en su obra plástica.
En su esfuerzo por reivindicar la memoria de Félix Rebolledo. La acompañan sus hijos e hijas, entre ellos el poeta Lelis Rebolledo. Otro hermano de Félix, el sacerdote Juan Rebolledo, expresa que “la familia no guarda rencor a nadie por el asesinato de Félix”, y han sabido encontrar en Dios la paz para esta enorme congoja.
En la sala principal de la casa de la familia Rebolledo-Herrera en se conservan grabados, pinturas, dibujos y fotografías de Félix Rebolledo, así como sus herramientas, planchas y “tacos”. Hace poco decidieron ampliar la muestra permanente en su casa natal, que poco a poco se va convirtiendo en un lugar de peregrinaje. Los cuadros exhiben un inusitado orgullo, como un mensaje que viene desde lo más profundo de la historia: retratos, paisajes, hombres trabajando, mujeres del pueblo, en tonos monocromáticos. En los grabados destaca la fuerza y energía de los cortes sobre la plancha de madera, que llevan una impronta de dinamismo al papel, en un juego de sombras y luces sorprendente a la vista.
En efecto, Rebolledo fue un pintor excepcionalmente dotado, con aptitudes naturales para la plástica, desde sus años mozos. Pero sintió un llamado más profundo, al sentirse comprometido con el logro de la justicia social, el reino de Dios en esta tierra.

UN ARTISTA COMPROMETIDO
Personalmente, no es mi intención afirmar o negar la posición política de Félix Rebolledo, si era militante o no de determinado partido. Esto una tarea pendiente para la historia
Pero lo que sí podemos afirmar es como todo artista de corazón puro, también su vida estuvo marcada por un sino trágico. En el Perú de los últimos años, son varios los artistas que por razón o por emoción optaron por el camino del cambio social y fallecieron en el intento. El primero de ellos, Mariano Melgar (acaso el más inocuo en su áurea romántica, murió durante la lucha por la emancipación en el siglo diecinueve).
Más recientemente, en los años sesenta, el poeta Javier Heraud, aquel de los versos diáfanos de “El Río”, toma una decisión radical a sus 21 años y abraza la causa de la insurgencia. Fue acribillado en Puerto Maldonado, “en medio de pájaros y árboles”.
La poeta peruana Dalmacia Ruiz-Rosas escribió lo siguiente en 1990 en una crónica sobre el caso de Félix Rebolledo, texto que es citado por Paolo de Lima en un estudio reciente: “Algunos círculos vinculados a las Bellas Artes se conmovieron al enterarse [de] que en la masacre de los penales había fallecido Félix Rebolledo, un pintor de calidad y talento apreciado por tirios y troyanos en esta Lima, La Horrible. Haciendo un símil —no exagerado— podría compararse con el boom que significó para las «bellas letras» el descubrimiento que en una columna guerrillera del Ejército de Liberación Nacional estaba el poeta joven brillante de su generación Javier Heraud”.
La comparación es muy ilustrativa, porque tanto Rebolledo como Heraud (por citar los casos más conocidos pero no únicos) son dos artistas excepcionales que tuvieron similar destino.
Paolo de Lima, al analizar la violencia política en el Perú hace una revisión del poema de José Antonio Mazzotti: “Ni olvido ni perdón”, que trata sobre aquel aciago “19 de junio”, y donde se menciona a Félix Rebolledo y otros intelectuales, y reflexiona sobre el “poeta-héroe” de esta manera: “Para cualquier poeta peruano que se respete, Heraud es un mito, un héroe, un poeta joven brillante. El paso adelante dado por Mazzotti y por otros autores más del periodo (como algunos miembros del grupo «Kloaka», por ejemplo) fue saber apreciar a su vez (con todos los reparos ideológicos que se les puedan hacer) la misma heroicidad en los «renovados» Arquímoros (Mazzotti dixit) y Herauds de los años ochenta”.

El poema de Mazzotti se refiere a Félix directamente en dos momentos: “(Cómo pesa en el cerebro ese ladrillo. / Julián, Félix, Jacinto, cómo pesan. Vimos / correr los camiones con desmonte. Por las piedras / sus dedos se asomaban, despidiéndose)”. Luego afirma: “(Tú nunca llegaste / o quizá no supiste llegar. / Desde el fondo de un río hablan por ti Jacinto y Félix, van gimiendo / cada vez que me raspo con la arena, cuando miro / mis huesos cubiertos de hongos, mi piel inflándose en el sol, / en medio de alas y picos / regados desde abajo y en silencio)”. Cabe anotar que el poema “19 de junio” está incluido en el tercer poemario de Mazzotti Castillo de popa, finalista del Premio Casa de las Américas en 1988.

Pero no es el único ni el mejor poema de homenaje al pintor acribillado y bombardeado. En 1987, pocos meses después su muerte, Lelis Rebolledo publica “Flecha púrpura”, en versión a mimeógrafo y con la estética del fanzine, un sentido poema-homenaje para su fallecido hermano mayor, con quien se le aprecia en una fotografía en blanco y negro en la iglesia de Sechura, con los cabellos agitados por el viento del desierto. El texto es un poema en prosa muy emotivo e intenso, es una metáfora sobre la soledad, el dolor, la ausencia y la muerte. También el poeta Domingo de Ramos se refiere a los aciagos acontecimientos de El Frontón en el poema: «Su cuerpo es una isla de escombros» en tanto que Tulio Mora aborda la violencia en el Perú en “Cementerio general”. Es importante citar también al poeta piurano Róger Santiváñez, amigo de los Rebolledo, quien con el seudónimo de Archi-Poeta publicó el artículo «Félix Rebolledo vive» (Asaltoalcielo 10. Suplemento cultural de El Nuevo Diario, Lima, 29 junio 1986), un testimonio temprano y valiente.
Muchas palabras se han dicho, pero paradójicamente la obra plástica de Félix Rebolledo sigue incomprendida, y en algunos casos son algunos de sus propios colegas quienes han contribuido con sus opiniones a dificultar un acercamiento a esta gran obra. Es natural que un artista de la talla de Rebolledo haya tenido detractores.

Hace un par de años, en un encuentro casual con el plástico Herbert Rodríguez, al pedirle su opinión sobre Rebolledo, espetó: “No estoy de acuerdo con el arte terruco”. Semanas después él mismo se rectificó personalmente en la puerta de El Averno: “Admito que fue un error haber dicho aquello” (conversación personal).
Hay otra opinión –dislocada y extremadamente subjetiva a nuestro juicio- emitida por el artista plástico Juan Javier Salazar: «Yo estudié con Félix Rebolledo el primer año de Bellas Artes; él murió en la matanza [de los penales]. Era un pintor mediocre, pero una persona muy agradable, incapaz de matar una mosca. Él era asesor del sindicato de Luz y Fuerza, y entonces pienso que a él se le ocurrió oscurecer las ciudades. Él tenía todos los datos de las principales torres de energía. // Es que la luz eléctrica eliminó el rito del día y la noche: Dios creó el día, y el hombre eliminó la noche. Y si la noche era la muerte, con la electricidad se la espanta: se espanta muy bien a los fantasmas con luz eléctrica, ¿no? Entonces, apagar una ciudad es un espectáculo de arte conceptual que podría hacerse en Europa, EEUU… para que se vuelva al ritual primario del día y la noche. Y claro que también es un problema para los hospitales y demás. Cuando mataron a Rebolledo lo enterraron apresuradamente en Chincha…».
No estamos de acuerdo con lo que dice Salazar, y podemos calificar el injusto epíteto de “mediocre” sino como producto del desconocimiento. Por lo demás, las elucubraciones de J.J. Salazar sobre los móviles sociales de Rebolledo son inconsistentes. Insistimos en que sobre este campo hay que hacer un análisis más fundamentado y veraz.
En otros casos, pende sobre Rebolledo una visión que apela al impacto visual y conceptual. Paolo de Lima consigna en su investigación lo siguiente: “El artista plástico Marcel Velaochaga pintó y expuso en el 2002 La mesa de trabajo del pintor Félix Rebolledo, con colores pop agresivos, en el que se aprecia las figuras de Abimael Guzmán, Mao Tse Tung, Víctor Jara, Marx, Lenin y un guerrillero de Vietnam que apareció a su vez en la carátula de un disco de Quillapayun…”. El propio Velaochaga ha señalado que su intención ha sido meramente estética.

En todo caso, las apreciaciones sobre el valor de la obra artística de Félix Rebolledo son todavía fragmentarias, imprecisas, escrupulosas, o demasiado románticas, como estas líneas. Su biografía está todavía por escribirse, al igual que la interpretación de su mensaje pictórico. Sin embargo, lo cierto es que Félix Rebolledo es un artista indispensable para comprender al Perú porque dejó un valioso legado de belleza y verdad, impregnado de peruanidad y universalidad, más allá de los vaivenes de la época, de las opiniones periodísticas o del silencio oficial.

(*)El 16 de agosto del 2000, la Corte la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió una sentencia responsabilizando al Estado en el caso de la matanza de los penales (…), precisando que es obligación del Estado esclarecer los hechos y sancionar a los responsables. Luego, de acuerdo al mandato emitido por la CIDH, la Fiscalía Especializada en Desapariciones Forzosas, Ejecuciones Extrajudiciales y Exhumación de Fosas Clandestinas abrió una investigación sobre estos sucesos para determinar la forma en que se produjeron el motín y su debelamiento; y determinar a los responsables del mismo, tanto en el campo legal como político. Durante las investigaciones se demostró la práctica de ejecuciones sumarias a internos rendidos tras el derribamiento del Pabellón Azul. Asimismo, se afirma que la Marina desarrolló un plan de desaparición de los restos de los internos fallecidos, el mismo que se ejecutó semanas después del operativo militar y que consistió en depositar los restos humanos en diferentes cementerios de la ciudad de Lima sin ningún tipo de identificación que permita el reconocimiento de sus familiares. (http://www.adehrperu.org/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=460)


lunes, 3 de enero de 2011

"La recurrencia de la falta", poemario de Milagros Vara Céspedes, en versión digital


Lima.- "La recurrencia de la falta" es el título del poemario publicado por la escritora peruana Milagros Vara Céspedes, impreso bajo el sello Pájaros en los cables Editores.
El poemario, pleno de hondo lirismo, es un testimonio de soledad, dolor, desamor y desesperanza. Con versos sencillos, la poetisa va configurado un universo poético donde se percibe la influencia de poetas peruanos como César Vallejo y Martín Adán.
Rimactampu, con permiso de la autora, se complace en editar la versión digital en pdf para una mayor difusión a nivel del Perú y el mundo.
Milagros Vara Céspedes nació el 18 de noviembre de 1980 en la provincia de Canta. Hija de Modesta Céspedes Marcelo y Vicente Vara A. Estudió literatura en la Universidad Nacional Federico Villarreal y Educación en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado en el libro "Otros villanos" (poesía), en el dossier de poesía "Cuervo iluminado" y ha sido incluida en la segunda edición de la revista "Voz efímera".