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viernes, 16 de octubre de 2015

Edmund Moeller: el hombre que hablaba con el mármol

Por Nivardo Córdova Salinas / Fotos tomadas del libro de Antje Kirsch: “Edmund Moeller,  Auf der Suche nach einem vergessenen Dresdener Bildhauer” (Dresdener Verlagsanstalt, Dresde 2005), con traducción de la historiadora de arte Simone Padolsky.



El pasado 8 de agosto se conmemoraron 130 años del nacimiento del notable escultor alemán Edmund Moeller, autor del Monumento a La Libertad de la Plaza de Armas de Trujillo. Aunque pocos lo recuerden, es necesaria una pausa para la reflexión sobre temas diversos como su aporte al arte contemporáneo, la conservación del patrimonio cultural y el rol del arte en la sociedad. De paso, opino que los trujillanos deberían hacer más por la conservación de un monumento emblemático que podría desaparecer si no se lo cuida adecuadamente. Aquí una reseña histórica sobra el Moeller y su obra.


“¿Qué hay en común entre Trujillo (Perú) y (Dresde) Alemania? La respuesta es sencilla: En ambas ciudades se encuentran las huellas del escultor alemán Edmund Moeller. En la Plaza de Armas de Trujillo se ubica el Monumento de la Libertad, el cual es su obra más destacada. Y tal vez se recuerda más a este escultor en Trujillo que en Dresde, la capital sajona a las orillas de Elba, donde inició sus estudios académicos de arte y donde posteriormente se localizó su centro de vida y producción artística durante décadas”.

Con estas palabras, Simona Paldosky, coordinadora de la Academia de Arte Kunts-Bau (Dresde), graficaba el interés existente en Europa por este artista, cuando el año 2005 se cumplieron ciento veinte años del nacimiento de Edmund Moeller, artista nacido en Baviera en 1885, y cuyo redescubrimiento en Alemania ha causado un gran impacto. En aquella oportunidad, en Trujillo se realizó una muestra de copias fotográficas de la construcción del monumento. 

Ha transcurrido una década, y este año 2015 se conmemora el 130° aniversario del nacimiento del artista. Lo cierto es que en Trujillo su obra es acaso el ícono más conocido de la urbe: es la imagen postal de la ciudad. Sin embargo, poco o nada se ha hecho para conservar bien este monumento.


En el año 2009, durante la gestión del ex alcalde César Acuña, se realizó una "remodelación" que no consideró los planos originales: se le añadieron piletas de agua con iluminación ad hoc, lo cual ha agravado el problema de la humedad y los hongos, y está tan mal instalada que los cables sueltos están a la vista. Para colmo de la huachafería, la empresa contratista colocó su "placa", como si fuera la autora de esta obra.

En 2005, en la gestión de José Murgia, la Municipalidad Provincial de Trujillo, presentó de forma modesta la exposición fotográfica “Edmund Moeller: 120 años” en la sala de arte de la Caja Trujillo, donde solamente se apreciaron fotocopias ampliadas de la secuencia fotográfica del proceso escultórico y la instalación de los enormes bloques de mármol en la Plaza Mayor en 1929.

Simona Paldosky y Gisela Kohlauf, representante del Instituto Goethe en Lima, vinieron en esa oportunidad a Trujillo para agradecer el gesto de la comuna de homenajear a un artista que recién empieza a ser redescubierto en el país teutón. Sin embargo, les quedó –como a nosotros un sinsabor en los labios, porque la ciudad podría hacer más por la conservación del monumento.

¿CÓMO LLEGÓ MOELLER A TRUJILLO?
En agosto de 2005 se publicó en Alemania un voluminoso trabajo de la historiadora Antje Kirsch, quien ha seguido los rastros de Moeller, y además incluye un catálogo completo de sus esculturas. El libro se titula “Edmund Moeller,  “Auf der Suche nach einem vergessenen Dresdener Bildhauer” (Dresdener Verlagsanstalt, Dresde, 2005).

Simona Paldosky, citando las investigaciones realizadas por Antje Kirsch, señala que tras la Primera Guerra Mundial, los efectos políticos y económicos  en la Alemania de posguerra y las difíciles circunstancias de la vida de la gente fueron impresiones que Moeller plasmó en tres figuras de tamaño más que natural alrededor del año 1918. Anotó que Moeller planificó un monumento de la libertad de tres elementos: “Acción”, “Depresión” y “Liberación”.

“Si Moeller acometió totalmente el monumento sin solicitantes no fue verificado. Él acabó las figuras con mármol travertino, pero por lo visto no encontró interesados para una realización en un sitio público, hasta que en 1923 en una revista especializada tropezó con un concurso de la ciudad peruana Trujillo para un monumento nacional en homenaje a la declaración de la independencia del Perú en 1821. Se presentó y de los 200 candidatos del concurso recibió la adjudicación”, precisó.

El monumento que tiene una extensión de 30 metros de ancho y de 25 metros de altura superaba las dimensiones del diseño original de Moeller. Además creó tres relieves de bronce, los cuales reproducían las batallas de Ayacucho y Junín y la declaración de la independencia delante de la municipalidad de Trujillo.


El obelisco en la mitad el monumento es coronado por la figura de un joven con una antorcha, la cual está parada sobre del globo terráqueo. Las bases de las gradas soportan las alegorías del Arte, la  Ciencia, la Industria agrícola, la Agricultura y Ganadería.

Paldosky sostiene que aproximadamente desde 1924 hasta 1927 Moeller trabajó cerca de una cantera en el Estado Libre de Turingia, donde extrajo el mármol travertino. El transporte de las figuras, las cuales fueron cortadas con un cable de acero delgado, llenaba 110 vagones de ferrocarril, que se embarcaron  vía el puerto de Bremerhaven.


“El mismo Moeller condujo la construcción del Monumento en Trujillo, que fue inaugurado el 9 de diciembre de 1927. Él recibió por su trabajo la condecoración más alta: el Orden del Sol, la cátedra honoraria de la Universidad Nacional de Trujillo y la ciudadanía honoraria de Trujillo. Además del dinero de premio que fue generoso, se entregó Moeller a realizar encargos numerosos en el Perú, entre ellos bustos del presidente Agosto B. Leguía y del entonces alcalde de Lima Andrea Dasso”, dijo.

“Durante su estadía en Perú creó una multitud de figuras indígenas de bronce y madera. Estos bustos y el busto del pintor José Sabogal indican un encuentro de ambos. Así Moeller encontró también el indigenismo, lo cual representante general en el campo de la pintura era José Sabogal. Después de dos años de estadía en el Perú, durante la cual también visitó otras partes del país y Lima regresó Moeller en 1928 vía los Estados Unidos a Europa”, anota Paldosky.



En Dresde, donde Moeller hizo sus estudios académicos y se desarrolló como artista, se conservan importantes esculturas suyas, que dan testimonio del gran cariño que Moeller tuvo por el Perú, como el bronce “El niño pastor”, el “Lamento” (en porcelana), “Mujer sentada” en mármol, “Indígena peruana” en bronce; “Peruana vestida de negro” en madera, y “Cristo ascendido” para la Iglesia de San Pedro en Dortmund.

Sin duda un artista que dedicó su vida por los ideales estéticos y que de, alguna forma, cumple nuevamente ese adagio tan conocido: “Nadie es profeta en su propia tierra”.



EDMUND MOELLER: DATOS BIOGRÁFICOS(*)
8 de agosto de 1885 (Baviera)
Nació en Neustadt cerca de Coburg
1998-1999
Aprendizaje en la Escuela de Artes Industriales en Neustadt
1999-1902
Aprendizaje en el taller del escultor Rutz en Dusseldorf (Renania del Norte-Westfalia)
1902-1905
Estudio en la Academia de Bellas Artes en Dresde (Sajonia), discípulo del catedrático Robert Diez
1904
Premio de Roma por su figura “Jugador con pelota”
1905-1913
Estadía en Roma, viajes a la Región mediterránea y al Cercano Oriente
1912
Medalla de oro de la Gran Exposición de Arte de Berlín por su figura de una fuente “Silen”
1913
Matrimonio con la pintora Julia Müller-Sarne en Londres
1914
Retorno a Dresde, establecimiento de un taller
1914
Nació su hijo Baldur, creación de de la “Fuente de Wettin” (los Wettin: familia real de Sajonia) para la ciudad Crimmitschau (Sajonia), Medalla de oro por Arte y Ciencia
1913/1914
Exposición personal en la galería de arte “Arnold” en Dresde.


1923
Ganador del concurso internacional “Monumento de la Libertad” en Trujillo (Perú).
1924-1929
Varias estadías largas en Trujillo y viajes por Perú, construcción del monumento.
1929
Nombrado al ciudadano honorario de Neustadt (cerca de Coburg), monumento a los caídas en la guerra para Neustadt (cerca de Coburg).
1931
Miembro del jurado para la “Exposición Internacional para Arte Cristiana” en Padua/Italia.
1931-1943
Bustos de Robert Koch, Rudolph Virchow, Luis Pasteur, Johan Gregor Mendel, Paul Ehrlich, Wilhelm Konrad Röntgen para el portal de honor de Museo Alemán de la Higiene en Dresde.

1933-1934
Relieve para el altar de la Iglesia protestante-luterana “Santo Tomás” en Dresde-Gruna.
1936-38
Relieve “Los Bomätscher” (son los jaladores de barcos) en la Orilla de Rey a lado del río Elba en Dresde.
1939
Premio del Arte de la ciudad Dresde.
1941
Diseño de los “Leones coronados” para el Museo Alemán de la Higiene en Dresde.
1941-1943
Trabajos en la fábrica de automóviles “Kraft durch Freude” (“Fuerza por alegría”, hoy en día la fábrica de “Volkswagen”) en Wolfsburg-Fallersleben, relieves en la entrada de la fábrica.
1943-1944

Estadía en Mühlberg/Elba (Brandenburgo).

1944
Reclutamientos a las filas.
1947
Diseño para un monumento de de los soldados caídos en Neustadt (cerca de Coburg).
19 de enero de 1958
Edmundo Moeller muere en Dresde.


(*) Datos tomados del libro de Antje Kirsch: “Edmund Moeller,  Auf der Suche nach einem vergessenen Dresdener Bildhauer” (Dresdener Verlagsanstalt, Dresde 2005) Traducción: Simone Padolsky.

martes, 29 de septiembre de 2015

Mylene D´Auriol Stoessel: "Quiero captar la esencia del Perú"

La fotógrafa, en una de sus incursiones por el interior del Perú.

Por Nivardo Córdova Salinas / Fotos: Archivo personal de Mylene D´Auriol Stoessel.

Mylene D'Auriol Stoessel desciende de padres austriacos, pero es tan peruana como Machu Picchu, la papa o la lúcuma. Y para capturar nuestra esencia, ha recorrido -­cámara en mano- todas las regiones del país con un sólo objetivo: fotografiar el Perú. Con la sencillez y simpatía que la caracteriza, ella accedió a una entrevista en su casa en Surco y nos contó todo sobre su vida como artista.

Llegar a dominar el llamado "arte de la luz" y convertirse en una de las fotógrafas más destacadas de la actualidad no fue obra de la casualidad. La vocación artística de Mylene nació en la infancia. "Desde que yo era niña me sentí fascinada por el arte. En esa época pintaba con frecuencia y en cada uno de mis mis cumpleaños siempre pedía que me obsequien crayolas, plumones y témperas", recuerda.

Dentro de su familia siempre hubo mucha sensibilidad cultural y cariño a la naturaleza. Uno de los recuerdos más nítidos son los frecuentes paseos familiares y campamentos en hermosos parajes fuera de Lima.

Mylene, pintando en el colegio.
Luego de culminar la secundaria en el Colegio Villa María quería seguir el arte como profesión,
pero a la vez había también un cuestionamiento insistente por parte de los mayores: "si te dedicas al arte, te vas morir de hambre". Por coincidencia, muchos artistas han debido sobreponerse frente al prejuicio de que las disciplinas artísticas son simplemente un pasatiempo.

Un poco para complacer las expectativas familiares, decidió estudiar psicología en la Pontificia Universidad Católica del Perú hasta realizar sus prácticas profesionales en el hospital psiquiátrico Hideyo Noguchi. "Pero en el fondo de mí ser, sentía que no era lo mío. Quería otra cosa", afirma.

Fue entonces que ingresó a la Facultad de Arte de la Católica, en la época que estaba como decano el recordado maestro Adolfo Winternitz.

De allí a la fotografía solo había paso. Pero todavía faltaba el empujón final. Un día, un tío muy cercano a su familia le preguntó: "Mylene, ¿qué quieres ser realmente?". La fotografía se le reveló y se le fijó con nitidez. "Lleve un curso básico en el Instituto Toulouse Lautrec y empecé a tomar fotos con una cámara mecánica. La llevaba todo el día conmigo y fotografiaba prácticamente todo. La fotografía me fascinó al punto de que sentí que esto era la que había estado buscando durante tanto tiempo", afirma.

Ya con esta determinación, se matriculó en cursos de fotografía profesional, inicialmente en la Kodak y después en el Centro de la Fotografía, donde adquirió todos los rudimentos del arte fotográfico, tanto en blanco y negro como en color. Lo cierto es que lo que muchos consideran como el arte más democrático del mundo, requiere técnica, sensibilidad y buen ojo.

"Analizando un poco, creo que haber seguido estudios de psicología y de artes plásticas me han servido para la fotografía. La psicología, para saber cómo acercarme a las personas a la hora de fotografiarlas, y el arte para la composición, el encuadre y la iluminación de las fotos", concluye la artista.
Con un oso de anteojos (Tremarctos ornatus) en Lambayeque.

En aquella época pasaba todo el día en el laboratorio que ella misma construyó, revelando negativos, haciendo contactos fotográficos y ampliaciones. "Tomaba todo: objetos, personas, paisajes", señala.

Ya con un portafolio de fotografías, un día decidió presentarse a la revista Somos, donde la acogieron inmediatamente al ver su talento. "Inicialmente me la pasé clasificando y ordenando negativos. Tres meses después me encargaron mi primera comisión. Cuando publicaron mis fotos por primera vez en la revista, me sentí feliz", expresa.

En los últimos quince años, Mylene ha recorrido prácticamente todo el territorio nacional y diversos lugares del mundo haciendo reportajes gráficos para las principales publicaciones periódicas del Perú (diario El Comercio, Revista Somos, Rumbos, Bienvenida, Viajeros) así como del extranjero (la versión para América Latina de National Geographic, Qantas (Australia), Condé Nast Traveler (España), Aero Postal (Venezuela), American Eagle Latitudes (EEUU), Taca, Welcome, Avianca (Colombia), Travesías (México), Elle (Francia), Américas (EEUU), Acura Style, Escala (México), Explore (Costa Rica), Wilderness Travel (EU).

Durante un viaje al África.

En la actualidad, además de su trabajos para la prensa escrita, Mylene cuenta con un banco fotográfico con más de 300 mil imágenes, producto de sus viajes por todo el territorio nacional, las cuales que son solicitadas por las principales agencias de publicidad, editoriales y revistas. Asimismo, se puede apreciar su trabajo fotográfico en su página web www.mylenedauriol.com .

Además fue editora fotográfica de la revista Rumbos y ha publicado los libros “Pachamanca,
festín terrenal”, “El Camino Inca”, “Rutas y sabores del cebiche”, coleccionable “Destinos
Naturales del Peru”.

"Una de las cosas que más me fascina de mi trabajo es que mi trabajo me ha permitido viajar tanto a nivel nacional como internacional, y conocer a diferentes culturas", declara. Otra área que desarrolla es la fotografía publicitaria y comercial. "Cuento con equipo de iluminación para hacer fotos de productos en estudio, retratos o en diferentes locaciones.

También estoy incursionando en la fotografía artística, donde mis fotos se amplían a formatos
grandes para la decoración de oficinas y departamentos", comenta.

Con su esposo.
Sin duda, el trabajo de Mylene no sólo es apretar el click, sino que al colaborar con muchas revistas del extranjero, hace una labor de difusión del Peru en el exterior. Respecto a su vida familiar, está casada con el arqueólogo Carlos Escobal Mc Evoy. "Tenemos muchos gustos
afines, como son los viajes, la historia, la fotografía y el contacto con la naturaleza", afirma.

Mylene vive actualmente en el distrito de Surco. "Es un privilegio vivir rodeada de numerosos parques y áreas verdes. Me gusta vivir ahora en Surco, aunque extraño mucho el mar, el cual veía a diario cuando vivía en Miraflores", afirma.

Como cierre, que la fotografía me ha dado muchas satisfacciones, pues me ha permitido recorrer, conocer y por ende , querer más al Perú. Que me siento afortunada de poder vivir haciendo lo que más me gusta, que es fotografiar la naturaleza y su gente. No tengo horario ni jefe, tengo mi propia empresa que va al ritmo que yo le quiero imprimir".

Al momento de esta entrevista, Mylene estaba alistando un nuevo proyecto de fotos aéreas de la zona arqueológica de Pachacámac, al sur de Lima, que espera ver publicado en formato de libro. Para esta entrevista y durante la sesión de fotos, la artista demostró que no sólo puede estar detrás del lente, sino que tiene la mejor sonrisa.

Mylene D'Auriol Stoessel.

sábado, 22 de agosto de 2015

Jorge Irribarren: la resaca de todo lo vivido

Tras la publicación de su primera novela, una explosión silenciosa sacudió los estantes de las librerías peruanas. Como para saldar una vieja deuda con la vida, el escritor arremetió con todo el poder de la escritura, le sacó el corsé a la estilística y se atrevió a escribir una novela que refleja la vida al límite de muchos jóvenes en la actualidad, que transitan entre discotecas, drogas y experiencias sexuales al límite,  pero que reciben a cambio un placer efímero y se dan de bruces con la soledad, el desamor y el vacío.

“No es una novela que exalta la juerga como forma de vida o un simple anecdotario de vivencias. Mi intención, como todo novelista, es penetrar a fondo en la realidad y develar realidades y carencias del país.  Los personajes, si bien es cierto viven al límite, son seres humanos que sufren y que ríen, que están en una especie de búsqueda existencial”, seña

El escritor Jorge Irribarren recuerda que fue en su adolescencia, en Miraflores, cuando comenzó a escribir poemas, mientras que iniciaba además, como todo joven peruano, la “educación sentimental” de la que hablaba Flaubert. Su generación tuvo como escenario la violencia terrorista, la crisis económica y el caos en el que vivió el país durante las décadas del ochenta y noventa. Y esos jóvenes golpeados por la crisis, encontraban un escape en los conciertos de rock subterráneo, en botellas de pisco o “encerronas” en hoteles apartados. A su manera, sufrían el drama del Perú, la misma patria que hoy –cuando el país vive una luna de miel con la economía, los grandes centros comerciales y las tarjetas de crédito– tiene como trasfondo la pobreza, la ignorancia, la corrupción y la violencia social.

“En mi novela hay una fuerte crítica social. En Lima, y en todo el país, hay gente que vive de apariencias, de disfraces. Buscan un ascenso y aceptación social vistiendo ropa de marca o comprando camionetas cuatro por cuatro, aunque se queden endeudados de por vida”, afirma el escritor. Y es verdad que la diversión se acaba, el trago se agota, las drogas se hacen humo y solo queda la soledad, el desamor, la tristeza…

“Muchos creen que la vida solo es juerga sin entender que la existencia pende de un hilo y que caminamos al borde de un abismo. Y en cuanto a mi novela, no solo hay juerga y diversión, sino que he tratado de ir más allá, mostrando que el ser humano siempre vive insatisfecho”, reflexiona el escritor, quien se salvó de morir en el incendio de la exclusiva discoteca Utopía en 2002, donde fallecieron asfixiados veintinueve jóvenes, hecho que también es mencionado en el libro.

“Yo estaba en la lista de invitados a esa fiesta. Fue muy doloroso lo que sucedió: varios amigos míos murieron allí, y todo por la negligencia de los dueños del establecimiento, que no tenía licencia de funcionamiento y donde no había extinguidores ni agua en los baños y las vías de escape estaban clausuradas”, comenta. 

Irribarren inició la redacción de Días de juerga en 2001. “Luego la abandoné y la novela quedó pendiente porque la historia me parecía falsa y el estilo demasiado flojo. Retomé el texto el año pasado y no paré hasta publicar. Escribí una nueva versión con una sexualidad explosiva, pero finalmente la versión impresa es más moderada. De hecho, la ´crítica oficial´ ha optado por el silencio. Pero yo me siento tranquilo porque no he abdicado en cuanto a la honestidad con la que hay que afrontar la literatura. Creo que con el libro cerré una etapa de mi vida”, declara el novelista.

Tras la publicación y presentación oficial de Días de juerga, Irribarren ahora radica en Alemania, en la ciudad de Biberach An Der Riß, en Baden-Wurttemberg, junto con su esposa Vera Sproll y su pequeña hija Franka donde prepara un nuevo libro, siempre pensando en el Perú. “Jamás dejaré de ser peruano”, concluye. (Por Nivardo Córdova Salinas)

lunes, 17 de agosto de 2015

Sigue la campaña malevola contra el cardenal Juan Luis Cipriani Thorne


Por Nivardo Córdova Salinas
 
Nuevamente le empiezan a dar cuerda a la malévola campaña contra el Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, quien ha tenido la hidalgía y valentía de reconocer públicamente que omitió invuntariamente poner la cita de las encíclicas papales de donde procedían algunas de las ideas que exponía en sus artículos, y además el gesto humilde de pedir perdón y disculpas y de reparar el daño causado,si es que lo hubo. (http://goo.gl/7D2mEG)
Sin embargo, para los anticatólicos, esto no es suficiente, y a través de redes sociales y portales web siguen haciendo escarnio, burla, menosprecio y desdén al primado de la Iglesia del Perú.
De manera personal, opino que el haber omitido la fuente (por olvido y no por mala intención) no convierte a nadie en un plagiador consuetudinario, menos en alguien que quiere apoderarse de la creación intelectual de otra persona. Es obvio que el Cardenal en sus prédicas y escritos se nutre de la doctrina social de la iglesia y el pensamiento de papas y filósofos católicos, pero especialmente de la doctrina de nuestro Señor Jesucristo.
Son la mala intención, el rencor, la argucia, el odio, el resentimiento y la maldad de aquellos opositores al cardenal, las que sale a relucir más en esta nueva campaña de desprestigio.
Pero por más que lo intenten, la verdad sale a la luz.
En mi modesto entender, opino que el diario El Comercio es libre de publicar o no los artículos que considere conveniente, pero esto no debe ser motivo de escarnio ni burla.
Por lo pronto, el director del Diario La Primera PERÚ, José Lolas Miani, ha comunicado al Arzobispado de Lima, la buena voluntad de este diario de publicar los artículos y comentarios del cardenal Cipriani. Del mismo sentir es el sacerdote franciscano Fr. Abel Pacheco Sánchez, OFM, director del Archivo San Francisco de Lima, miembro de la Comisión Franciscana de Medios de Comunicación Social (COFRAMCOS) y director-fundador de Prensa Franciscana Peru.
Los católicos, y los periodistas, no debemos dejar que este tipo de campañas creen el desconcierto en la opinión pública.

jueves, 6 de agosto de 2015

Publican libro: “Huaca Santa Rosa de Pucalá y la organización territorial del valle de Lambayeque”

Por Nivardo Córdova Salinas

Artículo publicado por el autor en la edición impresa y el portal web del semanario Expresión N° 921, en Chiclayo, Perú, julio de 2015.

Excavaciones en Huaca Santa Rosa de Pucalá (Foto: ANDINA)
Lambayeque sigue siendo una caja de sorpresas para la arqueología peruana. Esta vez, los sorprendentes descubrimientos proceden de la Huaca Santa Rosa de Pucalá, donde el arqueólogo Edgar Bracamonte Lévano ha realizado un intenso trabajo científico de campo en coordinación con la comunidad. Los resultados se han compilado en el libro “Huaca Santa Rosa de Pucalá y la organización territorial del valle de Lambayeque”, publicado con apoyo del Ministerio de Cultura.

Edgar Bracamonte, arqueólogo
  (Foto: Silvia Depaz)
“La Huaca Santa Rosa de Pucalá nos intrigaba no solo por su monumentalidad y su ubicación estratégica en el centro del valle Chancay-Lambayeque, sino también por la variedad de fragmentos de cerámica procedente de diferentes lugares y culturas peruanas, lo que hacía suponer que fue un gran santuario e importante sitio de intercambio. Todo ello nos llevó a realizar un proyecto de investigación que estoy seguro nos permitirá entender mejor el período del Horizonte temprano, para darnos luces sobre el fin de la cultura Moche y la aparición de la cultura Lambayeque”, explicó el arqueólogo Edgar Bracamonte Lévano, quien ha plasmado todos los resultados de las excavaciones en el libro “Huaca Santa Rosa de Pucalá y la organización territorial del valle de Lambayeque”.

El libro fue presentado públicamente el pasado lunes 20 de julio en el auditorio del Museo Tumbas Reales de Sipán con ocasión del 28° aniversario del descubrimiento de la tumba del Señor de Sipán en Huaca Rajada por parte del arqueólogo Walter Alva. Este libro fue una justa coronación de dicha efemérides. En el acto estuvo presente también el arqueólogo Juan Carlos Ugaz Muro, del Proyecto Naylamp.

Con esta publicación se corona un trabajo de campo realizado entre diciembre de 2010 y marzo de 2011, donde no sólo se ha hecho arqueología sino también hubo un trabajo social de concientización de los pobladores aledaños a la Huaca Santa Rosa de Pucalá, quien ahora son los principales defensores y guardianes de este monumento. Los pobladores están representados por Segundo Zevallos Reyes, quien es el presidente del Centro de Protección y Defensa de la Huaca Santa Rosa de Pucalá. Afirmó que los habitantes de la zona están muy agradecidos por el proyecto.

“Nosotros nos dedicamos a la chacra, al corte de caña, a tirar palana. Nuestros abuelos siempre tuvieron respeto a la huaca y ahora nosotros nos comprometemos a cuidarla”, dijo.

Tanta ha sido la vinculación e identificación de los pobladores santarrosinos que la propia comunidad donó una vivienda junto a la huaca donde ahora funciona un centro de información, que posiblemente en un futuro pueda ser un nuevo museo de sitio, dada la importancia del lugar ubicado a 27 kilómetros de Chiclayo.

Ya no más saqueo
“Antes de que se inicie este proyecto arqueológico, la Huaca Santa Rosa de Pucalá estaba siendo objeto de saqueo y huaqueo. Hemos encontrado forados de huaquería de hasta quince metros de profundidad, lo que nos da una idea de la magnitud de la depredación. Felizmente, ahora la situación es muy distinta y la comunidad tiene en sus manos la protección del lugar. Esto es relevante, porque la arqueología no puede estar de espaldas a la realidad social”, comentó el arqueólogo Zevallos.

Las excavaciones se llevaron a cabo en los tres sectores que comprende el yacimiento. Se efectuaron cuatro importantes áreas de excavación y se aprovechó los innumerables pozos de huaquero para perfilarlos y obtener muestras que permitan conocer la secuencia ocupaciones y las características generales del asentamiento
Según precisó el experto, durante este proyecto en la Huaca Santa Rosa de Pucalá, se descubrieron alrededor de 32 tumbas. “Aunque se trata de tumbas modestas, la información que contenían es de suma importancia, porque apuntan a establecer que dicho lugar fue un centro ceremonial y de intercambio entre la costa y la sierra hace más de 3,500 años”, anotó.

Integrantes del equipo de investigación en Huaca Santa Rosa.
(Foto: Proyecto Arqueológico Lambayeque)
Además, se descubrieron grafitis (que muestran la ideología y visión cultural los antiguos pobladores del sitio), pinturas murales de colores negro, blanco, amarillo y rojo, así como rellenos arquitectónicos de los años 200 al 500 d.C, que fueron identificados como fragmentos de cerámica Cupisnique, Salinar, Nievería y Cajamarca y restos de edificaciones del periodo Formativo.

Otro de los hallazgos relevantes es el de construcciones de adobe realizadas mediante el sistema “tapial”, que es toda una primicia para lo concerniente a la cultura Moche, porque anteriormente solo se pensaba que era una técnica empleada por la cultura Wari.

Un aspecto relevante es que el proyecto ha tenido poco presupuesto y poco tiempo, pero se ha maximizado todos los recursos con una metodología apropiada. Asimismo, se ha podido hacer el análisis de la cerámica, de los textiles, de antropología física y de arqueo botánica.

“Hemos consultado a muchos especialistas para poder avanzar en la comprensión de los datos encontrados. Así fue naciendo esta publicación, primero como un ensayo y luego con el aporte de todo el equipo técnico para hacer los dibujos, planos e incluso fechado radio carbónico. Estos nos lleva a tener nuevos elementos de juicio para comprender cómo fue el final de los Moche y el origen de los Lambayeque, que es uno de los enigmas de la arqueología peruana”.

Zevallos explicó que el libro brinda además una visión sobre la dinámica territorial del valle de Chancay, su geografía, ecología y el manejo de los recursos de fauna y flora que tuvieron los pobladores prehispánicos. Asimismo brinda un panorama de lo que fe el saqueo, destrucción y abandono de la zona, antes de la llegada del proyecto arqueológico. El investigador comentó que incluso había ranchos y viviendas sobre la huaca, las cuales han sido retiradas.

En cuanto al edificio con más de cincuenta grafitis, señaló que esas pintas “contienen información sobre la ideología y la cosmovisión de los grupos post Mochica y pre Lambayeque”. Asimismo, destacó el hallazgo de textiles Lambayeque extraordinariamente conservados, que datan de los años 1,100 a 1,200 DC.

El suco, parte de la dieta
Otro aspecto de este proyecto es que “brinda un panorama amplio del manejo de los recursos naturales”. Zevallos precisó que en las excavaciones se hallaron abundantes restos de peces, los cuales han sido sometidos a estudios de arqueo zoología con apoyo del biólogo Víctor Vásquez y la arqueóloga Teresa Rosales de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT).

Presentación del libro en el Museo Tumbas Reales de Sipán, en Lambayeque
(Foto: Silvia Depaz)
Un detalle interesante: la mayoría de los restos de pescado (espinas y collares hechos con cuentas elaboradas con huesos) corresponden al “suco” (Paralonchurus peruanus), una especie de pez que hasta hoy se consume y es parte de la dieta. “Hemos cruzado estudios con el Instituto del Mar Peruano (Imarpe), entidad que nos ha dijo actualmente la zona más importante de captura de suco está frente a las costas de las caletas Santa Rosa y San José, en Lambayeque. Las sociedades precolombinas tuvieron un excelente manejo de los recursos naturales”.

De otro lado, Zevallos advierte que en el libro “si bien se reportan evidencias de ocupaciones humanas anteriores a los mochicas, hemos decidido presentar y analizar la información concerniente a la etapa final del período Intermedio Temprano hasta la llegada de los grupos Chimú a estas tierras. Creemos que será muy importante en los próximos años realizar estudios específicos de dispersión poblacional, características fenotípicas y del consumo de recursos naturales que no pudieron ser abordados aquí por su naturaleza intrínseca (polen, almidones, etc.). Esta información podrá incrementar nuestro conocimiento de las poblaciones humanas, sus vínculos interétnicos, su desarrollo social, político y económico, su capacidad para responder a las anomalías ambientales (sequías, inundaciones, eventos de El Niño) y finalmente sus aciertos y desaciertos en las constantes e ineludibles relaciones del hombre y su territorio”. (Por Nivardo Córdova Salinas)

jueves, 23 de julio de 2015

José Quezada: “La música del barroco peruano es universal”

 José Quezada Macchiavello, dirigiendo a Lima Triumphante.

Por Nivardo Córdova Salinas

“Soy músico, mi campo es la dirección orquestal, pero hace un tiempo me vi obligado a ingresar al campo de la investigación musical, debido a la necesidad de generar con un repertorio propio de música peruana académica”, afirma José Quezada Macchiavello, director del director del coro y ensamble orquestal Lima Triumphante que es el único que interpreta obras musicales del barroco peruano.
El maestro, nacido en Lima en 1951, señala que tras varios años de investigación en archivos parroquiales del Cusco y capillas andinas, logró rescatar 404 obras de estilo barroco compuestas en el Perú en el siglo XVIII, que conforman el repertorio de Lima Triumphante. Toda una primicia mundial.
Precisamente, uno de los compositores rescatados en los archivos, cuyas partituras no se interpretaban hace más de tres siglos, es José de Orejón y Aparicio, nacido en Huacho en 1705, y considerado el compositor más talentoso nacido en América y uno de los más importantes del barroco peruano. Fue maestro de capilla en la Catedral de Lima y compuso obras de gran belleza como “Nisi Dominus”, “A este sol peregrino” y “Desvelado sueño mío”, entre otras.
“Aunque muchos estén en desacuerdo, el Virreinato del Perú fue una época de gran libertad e independencia en el arte, de gran apertura universal En el campo de la música, por ejemplo, dialogábamos de igual a igual con lo que sucedía en Europa. Usando el lenguaje actual, creo que estábamos en el standard mundial. Yo creo que la  verdadera colonia vino después de la Independencia, con el gran problema de que no hemos tenido clase dirigente sino clase dominante”, comenta Quezada.
Lola Márquez, soprano especialista en música barroca peruana.
Es por eso que desde su creación hace más de diez años, Lima Triumphante, se trazó como objetivo rescatar y difundir el patrimonio musical peruano, trabajando mano a mano con su esposa, la soprano Lola Márquez, especializada en interpretar temas del barroco peruano, con quien ha realizado conciertos y giras a nivel nacional e internacional (como la del 2004 en Boston, New York, Washington y Houston).
“Sin embargo, no creo que seamos solo un grupo que interpreta una música exótica y sofisticada, para una élite. He allí el reto: el desarrollo cultural es desarrollo humano. Pensar que cultura es solo tener un calendario cultural o productos culturales es un error. La cultura es aquello que nos permite sensibilizarnos y humanizarnos, ser más personas. Y el desarrollo social tiene como base la cultura. Eso es lo que debemos hacer, porque lamentablemente en el Perú más del ochenta por ciento de la población no tiene acceso a la cultura de calidad, en la mayoría de casos porque no tiene educación”, afirma.

MÚSICA PARA TRANSFORMAR VIDAS
José Quezada plantea una pregunta: ¿Quién asume el rol de crear un público para la cultura? ¿Cuáles son las estrategias para lograrlo? “Es reto difícil pero no imposible. Considero que son imprescindibles tres elementos: familia, educación y empresa. Las empresas tienen como fin generar riqueza, pero harían mucho si además apuntan a elevar el nivel cultural de la familia de sus trabajadores. La familia es y seguirá siendo la célula básica de la sociedad, y por la tanto es la base del desarrollo. Todo programa cultural que se olvide de la familia está condenado al fracaso”, afirma.
Al respecto, Lima Triumphante tiene un programa de responsabilidad social denominado “Música para transformar vidas”, que busca formar mejores personas. “No somos un programa recreativo de entretenimiento. No queremos solamente enseñar música, sino fomentar valores, forjar personas. Trabajamos con la música, la cultura, la historia como medios para el desarrollo humano”, explica. 
Actualmente el programa se realiza con niños del colegio estatal Nuestra Señora de Monserrate en el centro histórico de Lima. Paralelamente, Quezada también dirige su propia escuela de canto: Schola Cantorum, que funciona descentralizadamente en las parroquias de Pueblo Libre, Lince y La Molina. Pronto, tendrán un local en Jesús María.
El mensaje a la opinión pública de Quezada se resume en la siguiente frase: “Déjanos trabajar. Ayúdanos a trabajar”, para lo cual invitan a empresas y público en general a sumarse e integrar redes de amigos del programa social Música para Transformar Vidas. Hay muchas formas de hacerlo: asistiendo a los conciertos, integrándose como participantes o brindando auspicio económico.


MÚSICA DE PERÚ BARROCO 
“Música del Perú barroco” se denomina el ciclo de dos conciertos de Lima Triumphante. El primero se realizó el miércoles 22 de julio en la Parroquia San Felipe Apóstol de San Isidro. El miércoles 5 de agosto a las 8:00 pm será el siguiente concierto en la Parroquia San Pablo de la Cruz de La Molina, a beneficio del programa “Música para transformar vidas”.
Entre los compositores más representativos que se incluyen en estos conciertos figuranTomás de Torrejón y Velasco, el más influyente maestro de fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII y José de Orejón y Aparicio. 
El programa se inicia con el magistral himno en quechua  “Hanac Pachap Cussicuinin” (Hanaq pachap kusikuynin), compuesto en 1622 en honor a la Virgen María y que se le atribuye al sacerdote Juan Pérez Bocanegra. Es considerada la primera obra polifónica compuesta y publicada en el Nuevo Mundo. El programa continúa con una obra del compositor y organista Tomás de Torrejón y Velasco (1644-1728): “Misa del octavo tono”, para luego continuar con el aria “Mariposa” de José de Orejón y Aparicio. 
Asimismo,  tres obras más de Torrejón y Velasco: “Nisi Dominus”, “A este sol peregrino” y “Desvelado sueño mío”. Finalmente, se cierra el concierto con “Dos cachuas a la Navidad de Truxillo del Perú”, del obispo Baltazar Martínez de Compañón y Bujanda. 





miércoles, 1 de julio de 2015

Lima Triumphante interpreta “Música del Perú barroco”

"Lima Triumphante", agrupación coral e instrumental que rescata la música del barroco peruano.

“Música del Perú barroco” se denomina el ciclo de dos conciertos que brindará el coro de cámara y ensamble instrumental Lima Triumphante. Las presentaciones se realizarán el miércoles 22 de julio a las 8:40 pm. en la Parroquia San Felipe Apóstol (calle Guillermo Marconi 160, San Isidro) y el miércoles 5 de agosto a las 8:00 pm en la Parroquia San Pablo de la Cruz (Calle 7, esquina  Calle 8 s/n - Urb. Sta. Patricia, La Molina).
José Quezada Macchiavello, director de Lima Triumphante.
Bajo la batuta del maestro José Quesada Macchiavello, y la actuación solista de la prestigiosa soprano Lola Márquez –especialista en el repertorio barroco–, Lima Triumphante ofrecerá un programa de antología con lo mejor de su repertorio de música del período barroco peruano, especialmente obras para cooro, solistas y ensamble instrumental halladas en los archivos eclesiásticos de las capillas catedralicias de Lima y Cusco. 
Entre los compositores más representativos que se incluyen en el programa, están Tomás de Torrejón y Velasco, el más influyente maestro de fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII y José de Orejón y Aparicio, considerado el compositor más talentoso nacido en América (Huacho, 1705). Ambos fueron maestros de capilla de la Catedral de Lima. 
El concierto se inicia con el magistral himno en quechua “Hanac Pachap Cussicuinin” (Hanaq pachap kusikuynin), compuesto en 1622 en honor a la Virgen María y que se le atribuye al sacerdote Juan Pérez Bocanegra. Es considerada la primera obra polifónica compuesta y publicada en el Nuevo Mundo. El programa continúa con una obra del compositor y organista Tomás de Torrejón y Velasco (1644-1728): “Misa del octavo tono”, para luego continuar con el aria “Mariposa” de José de Orejón y Aparicio.  
Asimismo,  Lima Triumphante interpretará tres obras más de Torrejón y Velasco: “Nisi Dominus”, “A este sol peregrino” y “Desvelado sueño mío”. Finalmente, se cierra el concierto con “Dos cachuas a la Navidad de Truxillo del Perú”, del obispo Baltazar Martínez de Compañón y Bujanda. 
Este programa es similar al que presentó Lima Triumphante en la exitosa gira que realizó en 2004 en las ciudades de Boston, New York, Washington y Houston en Estados Unidos.
Cabe señalar que los fondos obtenidos en cada concierto de Lima Triumphante son a beneficio del programa social “Música para transformar vidas”, que busca no solamente promover el amor a la música, sino también inculcar valores éticos y reforzar la educación de niños y jóvenes. Las entradas están a la venta en “Tu entrada”.

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PLANO REFERENCIAL DE LA PARROQUIA “SAN FELIPE APÓSTOL” -  SAN ISIDRO
(Miércoles 26 de julio a las 8:40 pm.)

PLANO REFERENCIAL DE LA PARROQUIA “SAN PABLO DE LA CRUZ” – LA MOLINA
(Miércoles 05 de agosto, 8:00 pm.)