176 AÑOS DE CREACIÓN POLITICA, PERO UNA PASADO MILENARIO (*)
“Chiclayo se fundó a la vera de un convento franciscano que antes de ello ya había empezado a divulgar por inmediatas tierras yungas la voz del Evangelio, la fraternidad de sus gentes sin distinción alguna y la necesidad, verdaderamente teológica, de ganar el pan con el sudor de su frente, las tres excelsas señales que han acompañado a esta ciudad a través de su Historia. No parece que haya en todo el Perú otra población con el privilegiado caso de haber nacido junto al amparo humano y la primera asistencia de una Casa de Dios. Es tan singular de advertirlo que, aunque para nosotros sea ininteligible, quizás encierre el porvenir que le aguarda. (…) Así, Chiclayo empezaba a caminar hacia el futuro que la convertiría en la ciudad de más potencia y personalidad en el norte del Perú”. (Jorge Zevallos Quiñones, en “Historia de Chiclayo, siglos XVI, XVII, XVIII y XIX”).
La creación política de la provincia de Chiclayo fue en 1835, pero el origen de esta ciudad es pre-hispánico. Esta semana conmemoramos el 176° aniversario de creación de la provincia de Chiclayo, mediante un decreto dado en Ascope por el General Felipe Santiago Salaverry. Sin embargo, la historia chiclayana viene de más atrás.
El historiador Zevallos Quiñones ha demostrado que la gestación de Chiclayo como ciudad estuvo ligada a la presencia de los primeros misioneros franciscanos que llegaron al Perú en 1532 y especialmente a los habitantes de los antiguos señoríos de Cinto y Collique. En su libro “Historia de Chiclayo, siglos XVI, XVII, XVIII y XIX” (Imprenta Minerva, Lima, 1995) afirma que el Convento de Nuestra Señora de Santa María fue “la capilla bautismal” de Chiclayo. Lamentablemente fue demolida en 1960, ¿para dar paso a una falsa “modernidad”?
Zevallos (también autor de “Lambayeque en el siglo XVII”, “Historia de Saña”, “Huacas y huaqueros en Trujillo”, “Toponimia Chimú”) incluso viajó hasta el Archivo de Indias en España y recorrió todos los archivos del Perú para indagar sobre la historia virreinal y republicana de Chiclayo. Su aporte no ha podido ser superado en minuciosidad y visión histórica del Chiclayo durante el Virreinato y la República.
CHICLAYO DURANTE EL VIRREINATO
Fueron los caciques de Cinto y Collique quienes obsequiaron el terreno para la edificación de un convento franciscano, donación que fue aprobada mediante Real cédula el 17 de septiembre de 1585. Bajo la advocación de «Santa María de la Concepción del Valle de Chiclayo» y la dirección del Padre Fray Antonio de la Concepción, se levantaron la Iglesia Matriz y el Convento Franciscano para evangelizar a los numerosos nativos del lugar. Así nació Chiclayo hacia finales del siglo XVI.
En una entrevista al sacerdote franciscano Fr. Nelson Chanta (Expresión N° 527), se precisa que los actores de esta epopeya histórica fueron el padre Marco de Niza, primer prelado y comisario que llegó al Perú conjuntamente con los frailes Juan de Monzón, Francisco de los Ángeles, Francisco de la Cruz, Francisco de Santa Ana, Pedro Portugués, Alonso de Escarcena y los hermanos legos fraile Mateo de Jumilla y Alonso de Alcañices. Probablemente también estuvieron en Chiclayo los padres Francisco de Marchena y Francisco de Aragón, a quienes con toda justicia se les puede catalogar como los fundadores de Chiclayo.
“En los primeros años de la conquista, los encomenderos de Cinto y Collique Lope de Ayala, Luis de Atienza, Martín de Olarte, Diego de Vega y los herederos de Juan de Barbarán le propusieron al P. Escarcena en 1551 que si traía cuatro frailes ellos les proporcionarían convento y todo lo necesario para la subsistencia para que pudieran dedicarse a tiempo completo a la evangelización de la zona. La propuesta fue alcanzada al Provincial, Fr. Francisco Morales quien hace la petición ante el virrey D. Hurtado de Mendoza, el cual da la provisión al corregidor de Trujillo para que cumpla con lo mandado por el Rey en la cédula de 1555”.
Por su parte, el historiador Martín Cabrejos Fernández señala que en el libro “Los Franciscanos y la fundación de Chiclayo”, de Fray Luís Arroyo (OFM), se refuerza la premisa de que el antiguo Convento de “Santa María” está ligado a la fundación de Chiclayo. “Se puede inferir que resulta imposible explicar el nacimiento y crecimiento de nuestro pueblo sino es a partir de la presencia física de este santuario”.
DOCUMENTOS SOBRE CHICLAYO EN ARCHIVO SAN FRANCISCO DE LIMA
En el Archivo Histórico del Convento de San Francisco de Lima –cuyo director es fray Abel Pacheco Sánchez OFM- existen documentos originales que informan sobre el origen de Chiclayo. El documento más antiguo sobre Chiclayo existente en el Archivo San Francisco de Lima es una provisión de 05 de noviembre de 1572 (Código I, 9 N° 22) emitida por Juan de Hozes (Visitador Grau de Trujillo) que contiene una “Provisión para que se haga la iglesia de Chiclayo” y que también incluye una “provisión del Virrey Toledo.
Otro documento es el I, 9 N°22: una licencia emitida por el Virrey Don García Hurtado de Mendoza a los caciques e indígenas de Sinto (sic), Chiclayo y Collique para hacer la ropa, 600 capuces, y así poder cubrir el acabado de la Iglesia. Un papel de interés es el firmado por el Virrey Fernando de Torres el 15 de septiembre de 1585 “para que los caciques de Cinto y Collique hagan la donación de un sitio para la Iglesia del monasterio franciscano de Chiclayo”. Días después, el 24 de octubre de 1588, se da la “provisión a los franciscanos de Chiclayo de la donación hecha por los caciques de los pueblos de Sinto y Collique del asiento de casa en que tiene fundado dicho monasterio”.
ÉPOCA REPUBLICANA: CREACIÓN DE LA PROVINCIA DE CHICLAYO (1835)
Afirma el historiador Zevallos Quiñones: “Tras la llegada de San Martín al Perú, en Chiclayo la fiebre por la futura patria se apoderó de sus habitantes. Primero en forma improvisada, luego por las erogaciones de dinero, requisa de caballos y reclutamiento; centralizándose la operación en Lambayeque, siendo esta la primera población peruana que proclamara su independencia (17 de diciembre de 1820), siguiéndola Chiclayo el 31 de diciembre de 1820.
Hicieron la proclamación chiclayana: Santiago de Burga, Pedro Balzac, José Navarrete, Cornelio Miranda, Antonio Chimpén, Tiburcio Morante, Antonio Valdivia, Joaquín Farro, José María Diez, Felipe Torres, Valentín Castro y José Gabriel Hudines, certificando el solemne momento el secretario José Antonio Salazar en la casa municipal.
Sin duda ayudaron también en la consolidación de la independencia del Perú, reforzando al ejército de Bolívar no sólo con hombres, caballos, provisiones de primera necesidad; sino también con grandes sumas de dinero para la caja militar y el ejército libertador. En atención a los grandes servicios prestados en la Guerra de la Independencia, el Congreso designó al pueblo de Chiclayo como distrito de la provincia de Lambayeque y el 12 de Noviembre de 1827 fue declarada como Villa (en razón del visible progreso que había alcanzado), todo esto durante el gobierno de José de la Mar.
Posteriormente aparece vinculada Chiclayo, la interesante figura del general Santiago Felipe de Salaverry, gran amigo de José Leonardo Ortiz, quienes en conjunto lograron la creación de la ciudad de Chiclayo el 15 de Abril de 1835.
Declaratoria de Ciudad
“Cuartel General en Ascope, Abril 15 de 1835. Al Señor Coronel Prefecto del Departamento.
Señor Coronel – Su Excelencia el Jefe Supremo de la República atendiendo los muy distinguidos servicios que la Villa de Chiclayo ha hecho a la cusa de la Independencia, libertad y honor del Perú, se ha servido declararla Ciudad Heroica”.
El 15 de abril de 1835 la Villa de Chiclayo es elevada a la categoría de ciudad por el entonces presidente Gral. Felipe Santiago Salaverry y es reconocida como “Ciudad Heroica”, para días después, el 18 de abril, fue convertida en provincia.
Decreto de creación de la provincia de Chiclayo:
Abril 18 de 1835.
Se crea una provincia denominada Chiclayo, cuya capital será la ciudad de este distrito. Dicha provincia se compondrá de Chiclayo, Picci, Reque, Monsefú, Éten, Zaña, Pueblo Nuevo, Guadalupe, Jequetepeque, Chepén y San Pedro, distritos pertenecientes hasta el día a Lambayeque, Tocmoche, Cachén y Llama que se desmembran de Chota y La Trinidad que se separa de Cajamarca.
Gral. Felipe Santiago Salaverry. Por orden de S.E. José Domingo Espinar”.
EL “MARTIRIO” DE CHICLAYO
Sostiene Zevallos Quiñones: “Chiclayo cumplió un papel muy importante en la disolución de la tan ansiada Confederación Peruano–Boliviana al apoyar incansablemente a Salaverry en su lucha contra Andrés de Santa Cruz (Organizador de Confederación). Para ello se formó el batallón “Chiclayo” comandado por el Coronel José Leonardo Ortiz que detuvo heroicamente el ingreso de Santa Cruz a Arequipa; pero a pesar de ello no pudieron vencer a las fuerzas boliviana, cayendo totalmente en la Batalla de Socabaya”.
Salaverry fue condenado a muerte, siendo fusilado en la Plaza Mayor de Arequipa; mientras José Leonardo Ortiz fue hecho prisionero al destierro a las montañas de Moxos. El final de la guerra produjo como ya se sabe, la confederación Perú–Bolivia. Este nuevo régimen quitó el nombre de “ciudad” a la población de Chiclayo y le devolvió el de “distrito”, sometido otra vez legalmente a la jurisdicción de Lambayeque:
Desde entonces en todo el norte del Perú, Chiclayo se convirtió en el bastión más recio contra la Confederación quienes fueron apoyados por la República de Chile; trayendo abajo este proyecto de gran envergadura. Tras la caída de la confederación (1839), el General Agustín Gamarra fue elegido Presidente Provisional del Perú, quien devolvió a Chiclayo su nominación de Ciudad y Provincia:
“DEVOLUCIÓN” A CHICLAYO DE SU CATEGORÍA DE PROVINCIA
El ciudadano Agustín Gamarra, Gran Mariscal de los Ejércitos Nacionales, presidente provisorio de la República
Considerando:
Que el reposo público y el mejor recaudo de las contribuciones exigen la división de la Provincia de Lambayeque.
Decreto: Art. único. Los pueblos de Chiclayo, Picci, Reque, Monsefú, Eten, Saña, Pueblo Nuevo, Guadalupe, Jequetepeque, Chepén y San Pedro, pertenecientes a la provincia de Lambayeque, quedan separados de ella y formarán una provincia denominada "Chiclayo" cuya capital será la ciudad de este nombre. El Ministro General queda encargado del cumplimiento de este Decreto y de hacerlo imprimir, publicar y circular. Dado en la Casa del Supremo Gobierno en Lima a 22 de Marzo de 1839”.
En el año 1864 vino de subprefecto el coronel José Balta Montero, quien al año siguiente encabezó un pronunciamiento en contra del gobierno, entrando de inmediato a la revolución con el apoyo de todo el pueblo. Por ello fue deportado a Chile. A su regreso a Chiclayo en el año 1867, éste fue recibido con gran júbilo y en conjunto hicieron frente a los ataques gobiernistas de ese entonces Presidente Mariano Ignacio Prado. Durante 26 días los cañones del gobierno se dedicaron a destruir a la ciudad dejándola totalmente devastada, pero nada de esto opacó el entusiasmo combativo del pueblo que peleó incansablemente hasta lograr la victoria. Balta regresó a Lima y fue elegido Presidente del Perú por una abrumadora mayoría, asumiendo el mando el 2 de Agosto de 1867. Durante los tres primeros de los 4 años que duró su gobierno sirvió con justicia y generosidad a la destruida ciudad de Chiclayo: empezó con la construcción de la hermosa Catedral de Chiclayo”.
CHICLAYO: CAPITAL DE LAMBAYEQUE
“Es posible que desde la época de José Leonardo Ortiz cuando Chiclayo era sólo distrito de la provincia de Lambayeque (departamento de La Libertad), las constantes diferencias entre ambos pueblos hubieron hecho nacer en los chiclayanos el vehemente deseo de su propia departamentalización. Esta oportunidad política apareció durante del gobierno de Balta. En Enero de 1968 empezó a discutirse el proyecto; en tanto se decía el nombre, unos querían que el departamento a crear se nombrase “Balta”, otros “Chiclayo” y los más reflexivos “Unión” para acabar con las viejas riñas entre Lambayeque y Chiclayo.
Estando en el gobierno el presidente Manuel Pardo el congreso creó el departamento mediante ley el 1 de diciembre de 1874:
Artículo Único: “Créase un nuevo departamento bajo la denominación de Lambayeque, compuesto de las provincias de Chiclayo y Lambayeque, cuya capital será la ciudad de Chiclayo…”
CHICLAYO DURANTE LA GUERRA CON CHILE
El 4 de abril de 1879, Chile declaró la guerra al Perú y aunque encontró un país pobre en armamento, sumido en las peores condiciones de defensa tanto por mar y por tierra y un estado financiero desastroso; respondieron con gran patriotismo.
Los chiclayanos se volcaron íntegros a dar voluntarios, recursos de primera necesidad y dinero, así como estar presente en las diversas operaciones bélicas.
Tuvieron que hacer frente a la expedición de Patricio Lynch, quien desembarcó en el puerto de Eten el 24 de setiembre de 1880 cometiendo muchas irregularidades como romper puertas de habitaciones, desenredar tiendas e incendiar las residencias de varias familias, tomando todo el dinero posible en circulante o pequeñas joyas femeninas de donde quiera que las veían. Luego ocuparon las haciendas del valle de Chiclayo, sacándole dinero y fuertes cantidades de azúcar y ganado.
Obtuvieron de tan ignominiosa manera un total de 11 673 libras esterlinas. La retirada del ejército chileno del territorio chiclayano se dio el 26 de julio de 1883. En este incidente sobresale también la figura de Alfred Lapoint Recher a quien se le debe la salvación del teatro “2 de Mayo” (iba a ser quemado por los chilenos)”.
Por todo esto y con justicia, Zevallos Quiñones –fuente principal para la elaboración de este artículo- ha dicho que Chiclayo es “la ciudad de más potencia y personalidad en el norte del Perú”.
(*) Artículo publicado en el semanario "Expresión" N° 711-712, en el suplemento especial por el 176° aniversario de creación política de Chiclayo.
Hola Nivardo. Excelente resumen introductorio acerca de la historia de Chiclayo. Los mismos franciscanos enseñaron a los indigenas a destruir sus huacas y demas tesoros patrimoniales. Hoy eso se les ha revertido y los franciscanos de hoy lamentan que tampoco se conserve salvo en casi escombros inhabitables su propio convento original del año 1585, hacia el este hicieron una capilla colonial, quizas era una "Ramada" al lado de una enorme Huaca, hoy detras de esa capilla se ubica en ese mismo lugar el Hospital Regional Docente Las Mercedes. Hacia 1877, y 1902 la chusqueria feudalista hizo que se eligiera alcalde a un extranjero: el italiano Virgilio Dall Orso Descalzi, quien ordenó la destrucción de al menos 3 de las 4 huacas emblematicas, ubicadas en pleno centro de la ciudad, un serio atraso para la historia totalmente irrecupable pero cuyas huellas estamos encontrando. Las dimensiones de esas huacas estan documentadas hasta hoy, pues habian mas pequeñas. Es posible sugerir que las Huacas fueron despojadas de sus tesoros, y los demas restos arrojados a los basurales, pues es conocido que los hacendados huaqueaban siempre. Las edificaciones de hoy ubicadas en esos mismos lugares no son tan modernas como pretendió la demagogia, pues parece que apisonaron a medias el terreno y no se llevaron a todos los muertos (pude ver algunos cuando era niño), hay hundimientos en varios sectores en que hubieron esas hermosas Huacas. Un abrazo.
ResponderEliminarEstimado Vito, gracias por tu comentario.
ResponderEliminarSin embargo, debo decir que no es cierto que "los franciscanos enseñaron a destruir las huacas" como planteas.
Atte
NCS
La Heroica Ciudad de Chiclayo celebra su 181 aniversario de creación política. Su origen no podía ser más humilde, de la mano de los franciscanos y los caciques. No tenemos Plaza de Armas como el resto de ciudades de fundación española pero nos sobran motivos para sentirnos orgullosos de nuestra ciudad.
ResponderEliminarLa Heroica Ciudad de Chiclayo celebra su 181 aniversario de creación política. Su origen no podía ser más humilde, de la mano de los franciscanos y los caciques. No tenemos Plaza de Armas como el resto de ciudades de fundación española pero nos sobran motivos para sentirnos orgullosos de nuestra ciudad.
ResponderEliminarLa Heroica Ciudad de Chiclayo celebra su 181 aniversario de creación política. Su origen no podía ser más humilde, de la mano de los franciscanos y los caciques. No tenemos Plaza de Armas como el resto de ciudades de fundación española pero nos sobran motivos para sentirnos orgullosos de nuestra ciudad.
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