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jueves, 17 de marzo de 2011

ENTREVISTA A DI HU, ANTROPÓLOGA DE LA UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA, BERKELEY

“Hace falta investigar sobre rol de la cultura
en la transformación de la sociedad colonial”

Entrevista: Nivardo Córdova Salinas (nivardo.cordova@gmail.com)
Fotografías: Di Hu (archivo personal)
“Tengo mucho interés en saber cómo las formas de organización de la mano de obra dentro de los obrajes influyo en los cambios de identidad étnica en la época colonial”, afirma la antropóloga norteamericana Di Hu, quien estuvo revisando documentos virreinales en el Archivo San Francisco de Lima para realizar su Doctorado en Antropología en la Universidad de California, Berkeley (Estados Unidos). La especialista concedió una entrevista exclusiva al blog Rimactampu, la cual también se ha publicad en el semanario Expresión de Chiclayo y el blog Prensa Franciscana del Perú.
 
Di Hu, antropóloga de la U. de California, Berkeley.
No es un secreto que el Perú deslumbra al mundo por su historia, arqueología, arte, bellezas naturales, atractivos turísticos y afines. La frase “¡Vale un Perú!”, que es todavía muy común en el lenguaje coloquial de Europa para referirse a algo muy valioso (el diccionario de la RAE lo cita como locución), ha quedado como una de las muestras cotidianas de la admiración que motivaban las riquezas minerales en el siglo XVII.
Pero no sólo las riquezas peruanas deslumbran a propios y extraños, especialmente a los llamados “inversionistas extranjeros”. El Perú es mucho más que el oro de sus entrañas. La Historia del Perú es una cantera inagotable de conocimientos, pues nuestro país fue el centro del Virreinato del Perú, sobre el cual se conservan muchos documentos que son fuente de valiosísima información para los historiadores, antropólogos, etnólogos.
La antropóloga Di Hu –cuyos ancestros son de la China- estuvo varios días trabajando en el Archivo San Francisco de Lima, Perú, como parte de sus investigaciones para obtener su Doctorado en Antropología. Este es uno de los archivos más importantes de Latinoamérica, pues conserva documentos que datan desde el año 1532, año en que llegaron los primeros frailes franciscanos al Perú. Debido a que la Orden Franciscana estuvo muy ligada al nacimiento de varias ciudades –por ejemplo Chiclayo, con el Convento de Santa María- este archivo –cuyo director es Fr. Abel Pacheco Sánchez OFM- está muy vinculado no sólo a la religiosidad sino a la historia y la cultura de nuestro país.
- ¿Cuál es la motivación académica de sus estudios peruanistas en el Archivo San Francisco de Lima?
-  Soy de la Universidad de California, Berkeley.  Estoy haciendo mi tesis doctoral en antropología sobre el obraje (taller de textiles) colonial de Pomacocha, cerca de Vilcashuamán en la región de Ayacucho. Ese obraje fue propiedad del monasterio de Santa Clara de Huamanga hasta 1962. Estaba leyendo el libro “Colonial Habits: Convents and the Spiritual Economy of Cuzco, Perú” (“Hábitos coloniales: conventos y economía espiritual del Cusco”) de Kathryn Burns, cuando me llamó la atención unas referencias sobre Pomacocha. Las referencias indicaban que hay documentos sobre Pomacocha en el Archivo San Francisco. Y por eso aquí estoy.
-  ¿Qué aspectos de la Historia peruana han sido poco estudiados?
Di Hu realizando trabajo de campo.
- Creo que la mayoría de las épocas, desde el tiempo pre-hispánico hasta hoy en día, son bien estudiadas. Pero algunos temas no son bien difundidos en algunas épocas.  Por ejemplo el uso de piedras sagradas como las “conopas” era muy común desde por lo menos el periodo Intermedio Temprano (200 AC-600 AC).  Las “conopas” eran dioses de la casa para aumentar la riqueza y fertilidad.  Muchas excavaciones arqueológicas han descubierto muchas piedras parecidas a “conopas”, pero todavía hace falta estudiarlas sistemáticamente. Hay mucha atención a los temas de la organización del Estado o los centros del control administrativo, pero poca sobre la vida y la religión cotidiana. En la época colonial, tenemos unos datos bastante interesantes sobre el uso de “conopas” en las revueltas contra la injusticia.  Por ejemplo, según el historiador Lorenzo Huertas, en el siglo XVIII, Pablo Challco de Andahuaylas levantó una rebelión con su madre.  Ambos usaban “piedrecitas” de distintas formas con “mazorcas de maíz, oro, pimienta, cuentas de rosario, tava de hueso, piedra lipe, estiércol de cierto pájaro, cebo de carnero de la tierra, un peine y otras muchas porquerías…como también un poco de paja de la puna en figuras redondas forradas cada una con cintas de distintos colores y una piedra de alaymosca en figura de hueso, las que dijo ser del Inga” (Huertas 1976: 98)  Lo interesante era la mezcla creativa de los elementos andinos y cristianos en la lucha contra la injusticia en la época colonial.  Con la excepción de este detalle, no tenemos mucha información sobre el papel de la cultura material en la transformación de la sociedad colonial.
- En cuanto a sus investigaciones: ¿nos puede dar algunas hipótesis preliminares?
-  Tengo mucho interés en las maneras en que la organización de la mano de obra dentro de los obrajes influyo en los cambios de identidad étnica en la época colonial.  Me fijé en que muchos de los nombres de los grupos étnicos del tiempo de los Inkas han sido olvidados para la auto-identificación hoy en día.  Hace cinco años estaba haciendo investigaciones etnográficas en la provincia de Vilcashuamán y cuando les pregunté a los comuneros allí “¿Quiénes fueron tus antepasados?” siempre me contestaron “mis abuelos, bisabuelos, o los Inkas”.  Pero nadie sabía que también los Tanquihuas, Condes, Chilques, Chankas, Pabres, Aymaraes y otros grupos étnicos tal vez fueron sus antepasados.  Cuando leí la obra de la historiadora Miriam Salas sobre los obrajes de Vilcashuamán, me llamó la atención su hipótesis de que los obrajes eran espacios que unificaron a la gente de distintas castas porque allí trabajaban juntos y comían la misma comida.  Y tal vez esta unificación fue una de las causas sociales para las revueltas tardías de la colonia.   Quiero desarrollar esta hipótesis.  También, tengo otras hipótesis para probar.  Una es que los obrajes no unificaron la gente de distintas castas sino que crearon nuevas distinciones más allá de lo étnico.  Espero que las excavaciones puedan echar luz a este tema.  Las excavaciones arqueológicas nos brindan otras perspectivas, especialmente de lo cotidiano y lo no valorizado en los documentos.

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