En Huamanga, ciudad enclavada como un tajo en los andes ayacuchanos, en Perú, hoy se respira historia, tradición y cultura.
Hijos ilustres de estas tierras como el cronista Felipe Guamán Poma de Ayala o el fraile y escritor franciscano Luis Jerónimo de Oré, entre muchísimos otros, nos hablan de una ciudad singular, corazón del Perú profundo, que ha encarado el dolor y la tristeza de años pasados por un entusiasmo vivo, por una fe auténtica que brilla en sus 33 iglesias virreinales.
Y algo importante: en sus calles los huamanguinos hablan con dignidad el kechwa o "runa simi", señal de su identidad cultural invencible.
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